Estudio encuentra una posible relación entre el cáncer y los tatuajes
Las personas con tatuajes tienen un 21% más de riesgo de desarrollar linfoma, subrayando la necesidad de investigar y regular mejor las tintas de tatuaje
Un reciente estudio sueco ha revelado que las personas con tatuajes presentan un 21% más de riesgo de desarrollar linfoma, un tipo de cáncer que afecta a los linfocitos, una clase de glóbulo blanco esencial para el sistema inmunológico. Esta investigación, liderada por Christel Nielsen de la Universidad de Lund, ha suscitado un considerable interés y subraya la necesidad de un análisis más profundo sobre los efectos de los tatuajes en la salud.
En el estudio, publicado en eClinicalMedicine, participaron 11,905 individuos que completaron un cuestionario detallado sobre sus hábitos y estilo de vida, incluyendo la presencia de tatuajes. Los resultados mostraron que el riesgo de linfoma asociado a los tatuajes era particularmente significativo en dos subtipos específicos: el linfoma difuso de células B grandes, un cáncer de rápido crecimiento pero curable, y el linfoma folicular, una forma más lenta y generalmente incurable de la enfermedad.
Nielsen explicó que cuando la tinta del tatuaje es inyectada en la piel, el cuerpo la percibe como una sustancia extraña. Esto activa el sistema inmunológico, que intenta eliminar la tinta transportándola a los ganglios linfáticos, donde se acumula. Esta acumulación puede provocar una inflamación crónica de bajo grado, que se ha especulado podría ser un desencadenante para el desarrollo de cáncer.
El descubrimiento de este vínculo potencial entre tatuajes y linfoma ha llevado a Nielsen y su equipo a destacar la importancia de monitorear los componentes químicos de las tintas para tatuajes. En Estados Unidos, aproximadamente un tercio de los adultos tiene al menos un tatuaje, y el 22% de ellos tiene más de uno. A pesar de esta popularidad, la regulación de las tintas para tatuajes es sorprendentemente laxa. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) clasifica estas tintas como cosméticos, y los pigmentos utilizados como aditivos de color. Sin embargo, la FDA no regula estrictamente estos aditivos, dejando esta tarea a las jurisdicciones locales que supervisan las empresas de arte corporal.
El equipo de Nielsen tiene planes de expandir su investigación para investigar posibles vínculos entre los tatuajes y otros tipos de cáncer, así como con enfermedades inflamatorias. Un estudio anterior, presentado en la Reunión Anual de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer, también sugirió una asociación entre tener varios tatuajes grandes y un mayor riesgo de cáncer de sangre, especialmente en personas que se tatuaron a una edad temprana.
La creciente popularidad de los tatuajes plantea importantes cuestiones de salud pública. “Es probable que la gente quiera seguir expresando su identidad a través de los tatuajes y, por lo tanto, es muy importante que nosotros, como sociedad, podamos asegurarnos de que sea seguro”, comentó Nielsen. Esta declaración subraya la necesidad de informar al público sobre los posibles riesgos para la salud asociados con los tatuajes.
Los tatuajes han sido una forma de expresión personal y cultural durante siglos, pero su popularidad contemporánea ha llevado a nuevas preocupaciones médicas que requieren atención. La composición química de las tintas para tatuajes varía significativamente, y algunas pueden contener sustancias potencialmente dañinas. Esta variabilidad, junto con la falta de regulación estricta, podría contribuir al riesgo identificado en el estudio de Nielsen.
Es crucial que los consumidores estén bien informados sobre los posibles riesgos y tomen decisiones conscientes cuando consideren hacerse un tatuaje. Consultar con profesionales médicos si experimentan síntomas inusuales después de hacerse un tatuaje es una recomendación prudente.
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