Quejas tempranas de memoria podrían estar relacionadas con alzheimer
Detectar tempranamente la pérdida de memoria en la enfermedad de Alzheimer es clave si se observa que las quejas sobre problemas cognitivos como olvidar las cosas
Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores del Mass General Brigham refuerza la importancia de tomar en serio los signos persistentes de pérdida de memoria, sugiriendo que tanto los pacientes como sus familiares deben consultar a un médico ante cualquier sospecha. Los científicos descubrieron que cuando los pacientes o sus allegados informan sobre una disminución en la cognición, se observan cambios significativos en el cerebro, lo que podría indicar el inicio de la enfermedad de Alzheimer.
El equipo de investigación, compuesto por expertos del Brigham and Women’s Hospital y el Massachusetts General Hospital, ha presentado sus hallazgos en la revista Neurology, de la Academia Estadounidense de Neurología. Utilizando avanzadas técnicas de imagen, los investigadores detectaron que las quejas sobre problemas cognitivos se correlacionan con la acumulación de ovillos de tau, un marcador distintivo de la enfermedad de Alzheimer.
La Dra. Rebecca E. Amariglio, neuropsicóloga clínica y autora principal del estudio, subrayó la importancia de prestar atención a las preocupaciones sobre la memoria. Según Amariglio, “Algo tan simple como preguntar sobre problemas de memoria puede rastrear la gravedad de la enfermedad en la etapa preclínica de la enfermedad de Alzheimer”. Este estudio confirma que los cambios cerebrales asociados con la enfermedad de Alzheimer comienzan mucho antes de que los síntomas clínicos sean evidentes.
El estudio, liderado por la primera autora Michalina F. Jadick, incluyó a 675 participantes de varios programas de investigación, como los estudios de tratamiento antiamiloide en la enfermedad de Alzheimer asintomática y la evaluación longitudinal del riesgo de amiloide (A4/LEARN), así como el estudio de envejecimiento cerebral de Harvard. Los participantes, que aún no habían sido diagnosticados con la enfermedad de Alzheimer pero presentaban un riesgo de deterioro cognitivo, realizaron evaluaciones de su función cognitiva junto a un compañero de estudio que también respondió preguntas sobre su cognición diaria.
Cada uno de los participantes se sometió a escáneres PET para medir los niveles de tau y beta amiloide en el cerebro. Los resultados revelaron que la presencia de estos marcadores se asociaba con un mayor deterioro autoinformado de la función cognitiva, tanto por los pacientes como por sus compañeros de estudio. Esto demuestra que las percepciones subjetivas de los cambios en la memoria pueden ser indicadores valiosos y complementarios a las pruebas objetivas de rendimiento cognitivo.
Es importante destacar que los autores del estudio reconocen algunas limitaciones, como la homogeneidad racial y educativa de los participantes, quienes en su mayoría eran blancos y tenían un alto nivel educativo. Los investigadores enfatizan la necesidad de realizar estudios futuros que incluyan una muestra más diversa y que sigan a los participantes durante un período de tiempo más prolongado.
Amariglio advierte que notar un cambio en la cognición no debe ser interpretado de inmediato como un diagnóstico de Alzheimer. Sin embargo, insiste en que las preocupaciones de los pacientes y sus familiares no deben ser desestimadas. La detección temprana y el seguimiento adecuado pueden ser cruciales para el manejo y la intervención precoz en la enfermedad de Alzheimer.
Este estudio aporta una comprensión más profunda de cómo las señales iniciales de deterioro cognitivo pueden estar relacionadas con los cambios cerebrales característicos de la enfermedad de Alzheimer. La detección temprana permite una mejor planificación y manejo de la enfermedad, y resalta la importancia de escuchar y valorar las preocupaciones subjetivas de los pacientes y sus familiares sobre la memoria y la cognición.
Sigue leyendo: