Clásico de las Américas: un evento de charrería contra el cáncer

La preservación de este deporte y arte reúne a la comunidad y promueve la fortaleza de las familias

La charrería es una práctica tradicional de México.

La charrería es una práctica tradicional de México.  Crédito: Jorge Luis Macías | Cortesía

Al cierre de cada Clásico de las Américas, los organizadores del evento más grande de charrería que se lleva a cabo en los Estados Unidos lanzan palomas blancas al aire, que representan a cada niño de Saint Jude Children’s Hospital, a quienes han ayudado en su lucha contra el cáncer.

A través del evento anual, “Clásico de las Américas: Charrería contra el Cáncer”, la organización sin fines de lucro fundada por José Manuel Covarrubias reúne a las familias de jinetes y de escaramuzas, en respaldo y concientización contra el cáncer, al mismo tiempo que disfrutan del deporte ecuestre en familia.

Muchos de quienes son parte del rodeo mexicano Clásico de las Américas están familiarizados con el impacto devastador de las enfermedades terminales como el cáncer. Uno de ellos es José Manuel Covarrubias. Su madre falleció de esta enfermedad.

En el proyecto, Covarrubias y quienes forman parte de su equipo de colaboradores promueven la fortaleza a través de la unidad familiar, un valor de la cultura hispana occidental presente en el rodeo mexicano.

En más de una década del campeonato charro, una cantidad superior a los $300.000 se han destinado al St. Jude Children’s Research Hospital, que se especializa en la prevención, el tratamiento y la cura del cáncer infantil y otras enfermedades potencialmente mortales.

La charrería, una tradición que se hereda.
Crédito: Jorge Luis Macías | Cortesía

“Las niñas cuyas familias participan en la clausura del Clásico de las Américas donan su pelo”, comenta Christina Cabral, fundadora de Charra Internacional de las Américas. “Hay muchos elementos de cómo la ceremonia reúne a la comunidad y nos invita a reflexionar a todos, para que no se nos olvide cuál es nuestra causa en el proyecto”.

La charrería es una práctica tradicional de México. Quienes son parte de este arte, se dedican a la cría y el pastoreo del ganado a caballo. 

En sus orígenes, este deporte-arte facilitaba la convivencia entre los ganaderos de diferentes estados del país. Las técnicas de la cabalgata y la educación de los caballos se transmitían y se sigue transmitiendo de generación en generación.

Al mismo tiempo y durante una semana entera se reúnen los charros de distintas partes del mundo en el Pico Rivera Sports Arena. Por más de una década se han congregado un millar de representantes de la charrería. 

Si bien la mayoría son de Estados Unidos (Arizona, California, Colorado, Idaho, Nevada, Oregón, Texas y Washington), también han participado charros de Argentina, Chile, Francia, Japón e Inglaterra.

Como Covarrubias no sabía hacia donde se dirigía el evento junto con otros charros quisieron organizar un evento anual.

“Un clásico de lo que sea siempre llama la atención”, dice Covarrubias. “Este Clásico de las Américas en verdad significa algo muy grande para la charrería de Estados Unidos, Canadá y México”.

Covarrubias, de 49 años de edad, ama la charrería, un deporte mexicano por excelencia.

Para él, es una tradición de muchos años de su familia, misma que le enseñó desde pequeño a amar a los animales y en especial a los caballos.

Bajo el amparo del Clásico de las Américas, también se ha efectuado una sesión de fotografías con artistas de la charrería: jinetes y alazanas en el histórico hotel Mission, en Riverside, además de la Cabalgata Jurupa Valley, un evento que gusto al público en general.

Gracias a la subvención otorgada por Creative Corps Inland Social, quienes son parte del Clásico de las Américas: Charrería contra el Cáncer seguirán luchando por crear conciencia sobre la necesidad de crear espacios para montar un caballo, tener caballerizas y parques donde los amantes del deporte-arte de la charrería puedan seguir cabalgando.

El 22 de junio hubo en el Inland Empire & Equestrian Festival una exhibición de charrería donde participaron representantes de otras disciplinas de montar y de la cultura ecuestre.

“Nuestras expectativas eran lograr convocar a las diferentes disciplinas de monta,  hablar de la justicia ambiental y generar oportunidades para reunir a los amantes de la charrería”, dijo Christina Cabral.

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