Los vecinos (distantes) después del 2024
El llamado “imperio americano” parece que va en caída libre, pero aún sigue siendo una potencia en un mundo multipolar. ¿Por cuánto tiempo? ¿Sobrevivirá a la crisis? ¿Cuáles serán los efectos sobre sus vecinos de esta estrepitosa caída y crisis política y económica que se vislumbra?
El 2024 ha sido un año crucial para México y Estados Unidos. La elección general mexicana ratificó la permanencia del gobierno de la llamada Cuarta Transformación (4T) en el poder, así como la consolidación del proyecto obradorista—ahora bajo el bastón de mando de la Dra. Claudia Sheinbaum, la primera mujer que llega a la presidencia de México con un contundente apoyo popular. La victoria avasalladora de Morena y sus aliados el pasado 2 de junio, refleja continuidad y unidad alrededor de un proyecto alternativo de nación, al grado que podría hablarse de una transformación del régimen político y del sistema de partidos en México en torno a la fuerza política que creó Andrés Manuel López Obrador.
Estados Unidos, por el contrario, vive ahora mismo un proceso de polarización extrema, crisis política, epidemia de adicciones y aparente falta de liderazgo. La crisis del fentanilo, la deuda, las enormes desigualdades y la crisis social que enfrenta el país, no pueden minimizarse. Llama mucho la atención que, bajo las actuales circunstancias, en el partido demócrata se postule a un hombre que a todas luces parece no apto para gobernar a la que fuera una potencia mundial. Lo anterior quedó confirmado durante el primer debate presidencial. Lo más sorprendente es que no haya otras opciones. Por su parte, el expresidente Donald Trump, se encuentra contendiendo por la presidencia de EEUU en medio del escándalo, la división, la controversia y enfrentando procesos judiciales en vísperas de la elección. También sorprende que en Estados Unidos no se hubieran preparado, ni perfilado, mejores candidatos en un momento clave de la vida del país. México, por el contrario, tendrá una mujer presidenta, que gobierna con mayorías como lo ha decidido la voluntad popular.
El llamado “imperio americano” parece que va en caída libre, pero aún sigue siendo una potencia en un mundo multipolar. ¿Por cuánto tiempo? ¿Sobrevivirá a la crisis? ¿Cuáles serán los efectos sobre sus vecinos de esta estrepitosa caída y crisis política y económica que se vislumbra? Aún es prematuro responder a esas preguntas, pero cada vez queda más clara la falta de liderazgo en el país y al interior del partido demócrata, y se anticipa una posible victoria de Donald Trump y el partido republicano en general (ceteris paribus o manteniendo todo lo demás constante).
No obstante que las elecciones de junio en México demostraron unidad entre una mayoría de ciudadanos y una cierta fortaleza institucional en el trayecto hacia una especie de sistema de partido único, en el contexto actual, este país pareciera estar en graves problemas. La aparente inestabilidad social y económico-financiera en el vecino país del norte, representa un riesgo enorme para México, considerando la enorme dependencia y desigualdad que caracterizan la relación bilateral. Sin embargo, el principal peligro para este país es el reacomodo político que se vislumbra en Estados Unidos, en el marco de un avance potencial importante del trumpismo o del proyecto América Primero (America First).
Dicho movimiento mantiene, como uno de sus principales fundamentos, el cierre selectivo de la frontera México-Estados Unidos y un discurso antimexicano muy peligroso para el desempeño de ese país. El fin de la hegemonía estadounidense hace replantear los objetivos de un imperio en decadencia que impondrá condiciones y mayor presión a su vecino del sur, quien bien podría continuar siendo su “patio trasero”—tanto en el tema migratorio, como en la generación artificial de economías bajo el pretexto de la crisis del fentanilo y la activación del complejo militar fronterizo industrial. Cabe la posibilidad de que se reactiven los Protocolos de Protección a Migrantes (o programa “Quédate en México”) y se declare una guerra contra los carteles que podría derivar en una incursión militar directa de Estados Unidos en territorio mexicano, como lo ha mencionado Trump y otros miembros clave de su movimiento. Es posible que bajo el ‘realismo que propugna el partido republicano en la era del movimiento América Primero, y después del 2024, los hoy “socios estratégicos” se conviertan de nuevo en “vecinos distantes.”
(*) La Dra. Guadalupe Correa-Cabrera es profesora en la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad George Mason.