A Joaquín Guzmán, el hijo del Chapo, no le gustaba convivir ni hablar con narcos
Joaquín Guzmán López andaba sin escoltas, sin chofer ni secretario, y se desenvolvía en círculos alejados al mundo del narcotráfico
Joaquín Guzmán López, recientemente arrestado en Estados Unidos, era parte del grupo conocido como “Los Chapitos”, junto con sus hermanos Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Ovidio Guzmán López.
Desde la captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán, sus 4 hijos jugaron un papel significativo en la estructura del Cártel de Sinaloa, y se les responsabilizó de la fabricación y tráfico de fentanilo.
Al igual que sus hermanos, Joaquín, a quien también se le conocía como “El Güero”, estuvo bajo la vigilancia de las autoridades mexicanas y estadounidenses debido a su papel en la organización criminal.
Pese a ello, él siempre prefirió operar con un perfil bajo, e incluso evitaba tener contacto directo con otros narcotraficantes.
Así lo reveló el también narcotraficante Dámaso López Serrano, alias “Mini Lic”, en una entrevista con la periodista mexicana Anabel Hernández luego de salir de una prisión estadounidense.
De acuerdo con el testimonio del exmiembro del Cártel de Sinaloa y quien además es ahijado del Chapo, Joaquín Guzmán López contaba con estudios universitarios y le gustaba presumir que era el más inteligente de Los Chapitos.
“Yo no lo traté mucho pero sí lo traté. Traté más a sus mejores amigos y lo que decían es que él se creía más inteligente de todos, él se burlaba porque a él no lo mencionaban en corridos en aquellos años, no estaba quemado ni con el gobierno ni con nadie, nadie lo volteaba a ver, pero ya estaba traficando”, declaró “El Güero”.
Para pasar desapercibido, el joven criminal andaba sin escoltas, sin chofer ni secretario. “Decía: ‘Esos pen#$%, mira, yo a gusto solo, ¿Para qué andar con tanta gente? Si paso un retén no saben ni quién soy”.
Según detalló “Mini Lic”, Joaquín no tenía una vida social tan activa y se desenvolvía en círculos alejados al mundo del narcotráfico, pues no le gustaba convivir ni hablar con narcotraficantes.
“Él siempre estaba detrás de Ovidio, él mandaba a Ovidio, ‘tú has las negociaciones, tú di todo’, pero el que tenía la última palabra era Joaquín. Todos decían ‘Ovidio, Ovidio’, ¡pero no! El otro era el que mandaba, el que decidía. A lo mejor ya en estos años del ‘culiacanazo’ del 2019 para acá, Ovidio se creció, pero antes lo que Joaquín dijera, eso era”, finalizó López Serrano.
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