“Grupo Flechas”: El ejército que creó “El Mayo” Zambada para combatir al CJNG

Mucho se ha dicho sobre Ismael “El Mayo” Zambada, considerado el último gran capo y quien fue líder y cofundador del Cártel de Sinaloa, logrando evadir a la justicia durante años. Tras su captura hay varias incógnitas y temores, como qué ocurrirá con la guerra que le declaró al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Y es que hay territorios mexicanos donde las narcoguerras están a la orden del día, la violencia asola a los pobladores y tras la captura del máximo líder en el aire queda la pregunta de qué ocurrirá, como con el “Grupo Flechas”, un ejército de sicarios creado por “El Mayo” para combatir al cártel de las cuatro letras en Zacatecas.

Lo llamativo de ese brazo armado era su conformación. De acuerdo con el diario Milenio, hombres jóvenes eran parte del “Grupo Flechas”, pero también había mujeres y hasta niños en sus filas.

Se conformó en el 2021, cuando México y el mundo hacían frente a la pandemia de COVID-19, pero mientras la economía de muchos negocios colapsaba, la del narcotráfico crecía, así es que “El Mayo”, que siempre fue un hombre negociador y conciliador, tomó una drástica decisión.

El CJNG avanzaba a pasos agigantados, pero el hoy detenido lo quiso parar en seco y comenzó así una confrontación contra los sicarios que sirven fielmente a Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.

Por supuesto, en medio de todo eso quedaron las personas inocentes, la violencia, los enfrentamientos y el dolor siguen presentes por esa narcoguerra, que al momento ha causado el desplazamiento de cientos de habitantes y ha cobrado la vida de 2,973 personas.

El horror de la narcoguerra

Jérez fue uno de los municipios de Zacatecas más afectados, las rancherías eran usadas como refugios y centros de operaciones tanto por el CJNG como por el Cártel de Sinaloa, pero más allá de la invasión a la propiedad privada se extendía otro horror.

Las casas dejaron de ser un lugar seguro, allí llegaban los sicarios que secuestraban a los hombres más jóvenes, les daban armas y los llevaban al frente de batalla. Luchaban una guerra que no era suya.

Pero el rostro de la desgracia también eran los miembros más pequeños del “Grupo Flechas”, niños de entre 12 y 14 años, quienes según los pobladores dejaban un momento las armas para entregarse a su corazón infantil, jugaban futbol con los estudiantes que salían de las escuelas.

Saquearon todas las viviendas, se robaron los animales de los corrales, dejaron su sello de horror pintado con graffitis de las siglas CJNG o MZ (Mayo Zambada), con eso dejaban claro a qué grupo criminal pertenecía cada territorio. No había fachada que no tuviera un tiro.

Aquellas comunidades eran pobres, sus caminos eran de tierra, pero la narcoguerra las dejó peor, los balazos destruyeron los transformadores, la luz se fue junto con la tranquilidad, además los drenajes de las casas fueron destruidos.

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