Las aguas residuales de Boston revelan aumento en los niveles de COVID-19
El nivel de COVID-19 en aguas residuales de Boston aumentó en julio, aunque tiende a bajar, con vecindarios aún en alerta según la Comisión de Salud Pública
En Boston, varios vecindarios han visto un aumento en los niveles de COVID-19 detectados en las aguas residuales durante el último mes. Según la Comisión de Salud Pública de la ciudad, el incremento de este indicador superó el 163% en comparación con los niveles registrados a principios de verano. Sin embargo, aunque algunos vecindarios aún muestran niveles altos o muy altos, las tendencias generales parecen estar disminuyendo.
El análisis de aguas residuales ha demostrado ser una herramienta crucial en la vigilancia de la propagación del COVID-19, especialmente en un momento en que los datos de pruebas individuales se han vuelto menos frecuentes y menos representativos. A través de este método, es posible tener una visión más precisa y temprana de los niveles de transmisión viral en la comunidad. Los vecindarios de Roxbury, Mattapan, Allston/Brighton, Back Bay y Roslindale/West Roxbury se han identificado como áreas de particular preocupación, ya que presentan concentraciones de COVID-19 significativamente altas en sus aguas residuales.
Bisola Ojikutu, directora ejecutiva de la Comisión de Salud Pública de Boston, ha subrayado la gravedad de la situación. A pesar de la tendencia a la baja en algunos vecindarios, la presencia continua de niveles elevados de COVID-19, junto con otros virus respiratorios como la gripe y el virus sincitial respiratorio (VSR), hace que sea imprescindible que la población tome precauciones. Ojikutu ha insistido en la necesidad de que los residentes controlen sus riesgos y sigan las recomendaciones de salud pública, incluyendo la vacunación. Se espera que las vacunas actualizadas estén ampliamente disponibles en otoño, lo que permitirá a los habitantes de la ciudad estar mejor preparados para enfrentar la temporada invernal, cuando las enfermedades respiratorias tienden a ser más prevalentes.
El análisis de los datos del último mes muestra una realidad dispar. En vecindarios como Back Bay y Allston/Brighton, los niveles de COVID-19, aunque clasificados como muy altos, están empezando a mostrar signos de disminución. Mientras tanto, Roslindale/West Roxbury y Mattapan, que también han visto niveles muy altos, parecen estar estabilizándose. El caso de Roxbury es aún más alentador, con una tendencia hacia una disminución significativa en los niveles de COVID-19.
Sin embargo, el aumento generalizado de los niveles de COVID-19 en Boston no solo se refleja en las aguas residuales. Las hospitalizaciones relacionadas con el virus también han aumentado considerablemente. La Comisión de Salud Pública de Boston ha informado un incremento del 62% en las hospitalizaciones entre mayo y julio, lo que indica que, aunque los niveles en las aguas residuales comiencen a bajar, el impacto del virus sigue siendo significativo.
Este incremento reciente ha sido atribuido a la aparición de una nueva variante de COVID-19, conocida de manera informal como “FLiRT”. Esta variante ha circulado ampliamente en Massachusetts, resultando en casi 10.000 casos confirmados en todo el estado desde principios de julio, junto con aproximadamente 3.400 casos probables. Estas cifras destacan la capacidad del virus para seguir mutando y propagándose, a pesar de los esfuerzos de vacunación y otras medidas de mitigación.
Dado este panorama, los funcionarios de salud de Boston han reiterado la importancia de la vacunación para toda la población, especialmente en un momento en que una nueva variante está en circulación. Además, se recomienda que los residentes permanezcan en casa si se sienten enfermos, se realicen pruebas si presentan síntomas de COVID-19 y mantengan buenas prácticas de higiene, como el lavado frecuente de manos.
A medida que Boston se prepara para el otoño, con la llegada de nuevas vacunas y la posibilidad de más variantes en el horizonte, la vigilancia continúa siendo clave. La Comisión de Salud Pública seguirá monitoreando los niveles de COVID-19 en las aguas residuales y otras métricas clave para guiar sus recomendaciones y garantizar la salud y seguridad de todos los residentes.
Sigue leyendo: