Con cristales antibalas reforzarán la seguridad de Donald Trump

Donald Trump será protegido por el Servicio Secreto empleando cristales blindados a su alrededor durante sus mítines

Donald Trump, expresidente estadounidense

Donald Trump volverá a realizar mítines en sitios abiertos, lo cual le implica un enorme riesgo de sufrir un posible ataque. Crédito: Manuel Balce Ceneta | AP

Donald Trump será protegido por el Servicio Secreto con cristales blindados rodeándolo en los mítines que realice hasta el final de su campaña.

El atentado que el candidato presidencial republicano sufrió el sábado 13 de julio en Butler, Pensilvania, cuando un joven de 20 años detonó en ocho ocasiones un rifle de largo alcance desde un techo provocándole solo una herida en la oreja derecha, ha propiciado que los agentes asignados a velar por su seguridad hayan modificado su estrategia de vigilancia.

Al respecto, la cadena de televisión CNN, señala que un funcionario de alto rango, cuya identidad se reserva, le describió cambios en los protocolos de seguridad e incrementos en la cantidad de personas encargadas de cuidar que ningún sospechoso vuelva a intentar dañarlo.

Para ello, también se emplearían tecnologías de punta, de las cuales no quiso entrar en detalles por temor a que algún desadaptado pudiera enterarse y encontrar la manera de burlarlas para acceder al expresidente.

Al parecer el Servicio Secreto incrementó el número de efectivos cuidando a Trump. (Crédito: Jeffrey Phelps / AP)

Hasta el momento, lo único que mencionó fue que la protección de Trump dependerá de un grueso cristal montado a su alrededor muy similar a los que instala el Departamento de Defensa en ciertos vehículos y aeronaves.

Aunque prácticamente el exmandatario de la nación resultó sin daños que lamentar, el intento de asesinato que sufrió le costó lo vida a un ciudadano que había acudido a escucharlo.

Debido a la deficiente logística montada para vigilar a Donald Trump, nadie se percató a tiempo de que un estudiante, además de haber estado de ambulando en el lugar del mitin, tuvo el tiempo necesario para montar una escalera y fijar un rifle en una azotea.

Todos estos errores le costaron la renuncia a Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto, quien prefirió dar un paso al costado antes de que los republicanos lograran habilitarle un juicio.

Lo más controversial del asunto es que, a más de un mes del atentado, las autoridades todavía no logran descifrar los motivos que tuvo Thomas Matthew Crooks para intentar quitarle la vida a Trump y si alguien más estaba detrás, pues presuntamente el ejecutor tenía dinero encriptado del que tampoco se conoce su procedencia.

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