Adultos autistas describen sus emociones y percepciones con complejidad

Un estudio de Rutgers muestra que los adultos autistas describen sus emociones con gran detalle, desafiando la idea de que carecen de una vida emocional rica

Adultos autistas describen sus emociones y percepciones con complejidad

En lugar de intentar cambiar a las personas autistas, especialistas abogan por ajustar las actitudes en las aulas y en los entornos de cuidado. Crédito: Veja | Shutterstock

Un reciente estudio de Rutgers, publicado en The American Journal of Occupational Therapy, está cambiando la forma en que entendemos las emociones en adultos autistas.

Contrario a las ideas preconcebidas y décadas de investigación que sugieren que las personas autistas tienen dificultades para describir o expresar sus emociones, este nuevo estudio revela una imagen mucho más compleja y matizada.

El estudio, liderado por el profesor adjunto de terapia ocupacional Aaron Dallman, desafía la noción ampliamente aceptada de que los adultos autistas carecen de una rica vida emocional. Dallman plantea una pregunta provocadora: “¿Y si todo lo que sabemos sobre el autismo estuviera equivocado?”

Su investigación indica que muchos adultos autistas no solo son conscientes de sus emociones, sino que pueden describirlas con una profundidad y detalle notables.

Para llegar a estas conclusiones, Dallman y su equipo realizaron una serie de grupos focales con 24 adultos autistas de entre 18 y 35 años. A través de videoconferencias, los participantes discutieron cómo experimentan y describen sus emociones, así como las dificultades que enfrentan al comunicarlas a quienes no están en el espectro autista.

Los resultados del estudio muestran que los adultos autistas utilizan un lenguaje descriptivo y vívido para expresar sus emociones, en lugar de las etiquetas emocionales tradicionales como “feliz” o “triste”.

Por ejemplo, describen el vértigo como “abejas” y los momentos de alegría como “un buen café por la mañana” que proporciona una “sensación de elevación”. La ira, por otro lado, comienza con un “hervor” que “tensa el cuerpo” y culmina en dolores de cabeza.

El contacto afectivo puede ser un gran desafío para autistas adultos

Los participantes también señalaron que el contacto afectivo, o el intercambio de sentimientos con personas no autistas, puede ser un desafío. Esto se debe a la frecuente malinterpretación de sus expresiones emocionales por parte de quienes no están familiarizados con el espectro autista.

“Algunas personas me han dicho cosas como ‘Vaya, te ves muy feliz ahora mismo’, cuando yo simplemente estoy relajándome”, comentó un participante, reflejando la frustración de ser malentendido.

Este estudio ofrece una visión fresca sobre la vida emocional de los adultos autistas y plantea la necesidad de ajustar nuestras percepciones y enfoques hacia ellos. En lugar de insistir en que las personas autistas se adapten a las normas emocionales establecidas por los neurotípicos, Dallman sugiere que es crucial trabajar en mejorar la comprensión mutua.

“Es hora de que nuestras comunidades adopten las perspectivas y contribuciones únicas de los miembros de la comunidad autista”, dijo Dallman. En lugar de intentar cambiar a las personas autistas, Dallman aboga por ajustar las actitudes en las aulas y en los entornos de cuidado para que se comprendan mejor los mensajes que comunican estas personas y cómo expresan sus emociones.

El estudio no solo desafía la visión convencional sobre el autismo, sino que también abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas. La clave, según Dallman, es fomentar una comprensión más profunda y empatía hacia los adultos autistas, lo que podría llevar a un enfoque más inclusivo y efectivo en la terapia y en la vida cotidiana.

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