Chau 7-Eleven: se aproxima un cierre masivo
Aunque la cadena de tiendas 7-Eleven anunció un preocupante cierre masivo en solo un estado de EE.UU., la empresa asegura que la reestructuración le beneficiará
La cadena internacional de tiendas de conveniencia 7-Eleven ha tomado una decisión estratégica que impactará su presencia en el estado de Illinois. Durante una reciente presentación de resultados financieros, la compañía anunció planes para cerrar más de 300 tiendas en esta región. Esta medida se enmarca en un ajuste más amplio que afectará a varias áreas de América del Norte.
El motivo principal detrás de esta drástica acción es la caída del tráfico en las tiendas y la reducción de la demanda de productos clave, como el tabaco. A esta situación se suman las presiones inflacionarias.
Un 62% de los consumidores vive de sueldo a sueldo, lo que ha influido en sus hábitos de compra. Estas condiciones han llevado a 7-Eleven, que es propiedad del conglomerado japonés Seven & i Holdings, a recortar sus proyecciones de beneficios para el mercado estadounidense.
En Illinois, 7-Eleven opera más de 300 sucursales, incluyendo más de 100 en Chicago. La cadena ha sentido los efectos de los cambios económicos, reflejados en una baja del 7.3% en el tráfico de sus tiendas en América del Norte durante agosto. Este descenso en la afluencia de clientes es una clara señal de la contracción en la demanda.
Además, el aumento de las compras en línea ha modificado las dinámicas del comercio minorista. Desde el inicio de la pandemia, las ventas por este canal crecieron entre un 10% y un 16%. Esto ha llevado a un cambio en las preferencias de los consumidores, que ahora buscan más opciones digitales. También, la reducción en los programas de asistencia alimentaria del gobierno ha afectado a sectores vulnerables, disminuyendo el gasto promedio por cliente.
La reestructuración de 7-Eleven no se limita a los cierres de tiendas. La compañía anunció su participación en un acuerdo de venta y arrendamiento por un valor de $750 millones de dólares. Este movimiento permitirá a 7-Eleven vender propiedades y luego arrendarlas al comprador. La operación podría reportar una ganancia de $520 millones de dólares, que se destinarían a reducir deudas o reinvertirse en áreas más rentables.
Este acuerdo es parte de una estrategia a largo plazo para optimizar los activos de la compañía. Se busca asegurar el crecimiento en un mercado cada vez más competitivo. Los cierres de tiendas, junto con este plan financiero, tienen como objetivo generar ingresos adicionales de hasta $110 millones de dólares al año.
La situación actual también coloca a 7-Eleven bajo presión competitiva. Recientemente, la empresa recibió una oferta de adquisición por parte de Alimentation Couche-Tard, matriz de la cadena rival Circle K. Aunque la oferta inicial fue de $47.2 mil millones de dólares, las negociaciones continúan. Un eventual acuerdo podría unir a dos de las mayores cadenas de tiendas de conveniencia en Norteamérica.
Esta posible fusión tendría implicaciones significativas para el mercado minorista. La competencia directa entre estas grandes empresas podría reconfigurarse, lo que afectaría a la dinámica de precios y a la oferta de productos. Sin embargo, cualquier transacción dependerá de la aprobación de las autoridades regulatorias.
A pesar de los cierres, los directivos de 7-Eleven han enfatizado que esta decisión es parte de una revisión continua de sus operaciones. La optimización de activos no esenciales se considera una oportunidad para reenfocar los esfuerzos en áreas más estratégicas.
La cadena, que comenzó su andadura en 1927 en Dallas, Texas, como Tote’m Stores, ha sido pionera en el modelo de tiendas abiertas las 24 horas desde los años 60. Sin embargo, las transformaciones en el mercado han obligado a 7-Eleven a adaptarse y redefinir sus estrategias de expansión.
El futuro de 7-Eleven en Illinois y más allá parece incierto, pero la empresa sigue buscando maneras de mantenerse competitiva en un entorno cambiante.
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