Empezó un negocio con $400 y ganó $150,000 en el verano: la historia de un joven de 20 años
En los últimos días, se ha hecho popular la historia de un joven de Ontario que inició un negocio a los 15 años y ahora, a sus 20, ganó $150,000 en un verano
A menudo, se menosprecian las ideas de los jóvenes. Se les dice “estás muy chico para hacer eso” o “por favor, tú no sabes lo que dices”, “no sabes de esas cosas”. Solo hay que pensar en personas como Mark Zuckerberg, entre otros, quienes emprendieron negocios multimillonarios a una corta edad. Nadie sabe lo que le depare en el futuro a alguien, pero esta joven promesa de 20 años pinta para tener una gran historia de éxito, luego de que empezó un negocio con solo $400 y ganó $150,000 dólares solo este verano.
Jacob Shaidle, un estudiante de 20 años de Ontario, nos demuestra que la edad nada tiene que ver con las ideas emprendedoras exitosas. El joven comenzó un negocio de limpieza de parrillas, Shaidle Cleaning, con solo $400 dólares, y en un solo verano logró generar $150,000 dólares en ingresos. Su trayectoria es un ejemplo inspirador de cómo un joven puede convertir una idea sencilla en un éxito rotundo.
De acuerdo con una entrevista realizada a Entrepreneur, Jacob inició su aventura empresarial a los 15 años. Mientras aún estaba en la secundaria, trabajaba a tiempo completo en una granja de árboles durante los veranos. Cuando sus padres le informaron que tendría que financiar su propia educación universitaria, Jacob se dio cuenta de que necesitaba ganar más que el salario mínimo. Su motivación creció cuando entendió el alto costo de la universidad.
Así fue como surgió la idea de Shaidle Cleaning. Inspirado por su madre, quien le pidió que limpiara la parrilla de su casa, decidió ofrecer este servicio a sus vecinos.
Con un fuerte deseo de tener éxito, Jacob invirtió su totalidad de ahorros en equipo de limpieza, aprovechando una hidrolavadora que ya tenía en casa. Con solo dos bolsas de supermercado llenas de herramientas, comenzó a recorrer su vecindario a pie, ya que no contaba con licencia de conducir. Sus esfuerzos dieron frutos rápidamente. En los primeros dos meses de operación, generó $5,000 dólares, y al siguiente verano, su ingreso se duplicó a $10,000 dólares.
A medida que su negocio creció, también lo hicieron los desafíos. Jacob tuvo que enfrentarse a la dificultad de mantener un alto estándar de calidad, incluso después de contratar empleados. Entendió que una buena formación y un equipo motivado eran clave para el éxito. A través de un entrenamiento bien estructurado y reclutando personas con la misma pasión, logró mantener la calidad del servicio.
Además, Jacob trabajó arduamente para establecer una presencia en línea efectiva. Con la ayuda de su amigo Aran Giffen, comenzaron a contar su historia como estudiantes apasionados, lo que atrajo a más clientes. A pesar de la competencia feroz de empresas más grandes, se centraron en el valor de su juventud y dedicación. Su enfoque personalizado para cada cliente, aunque desafiante, permitió que el negocio prosperara.
El cuarto verano de Jacob en el negocio fue un punto culminante. En solo 75 días, logró generar $100,000 dólares en ingresos, alcanzando un total de $150,000 dólares al final del verano. Para manejar el aumento de clientes, Jacob implementó herramientas de gestión como Jobber, lo que facilitó la programación y comunicación con los clientes. Esta automatización no solo optimizó su tiempo, sino que también permitió a su equipo crecer, ayudando a otros estudiantes a costear su educación.
Lo que más valora Jacob de su negocio es la oportunidad de ayudar a otros. Está orgulloso de poder permitir que sus empleados financien sus estudios. La comunidad que ha creado es un testimonio de su compromiso con la colaboración y el crecimiento personal. Jacob aconseja a quienes quieren emprender a rodearse de personas talentosas.
“Es mucho más gratificante trabajar en equipo hacia un objetivo común que intentar hacerlo todo solo”, compartió Shaidle durante su entrevista.
La historia de Jacob Shaidle es un claro recordatorio de que la juventud no es un obstáculo para el éxito. Con determinación, creatividad y un buen equipo, es posible transformar una idea en un negocio próspero. Su éxito no solo beneficia a su cartera, sino también a su comunidad, demostrando que la colaboración y el esfuerzo pueden dar frutos excepcionales.
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