La Proposición 5: camino a rectificar una condición antidemocrática
Las leyes que exigen una mayoría de ⅔ para hacer cambios dan un poder desmesurado a la minoría al bloquear lo que la mayoría pide. Es antidemocrático
En California existe una leyenda sobre el poder del electorado confrontado con la tiranía de la burocracia, electa o no. Dice aproximadamente así: en 1978 el pueblo californiano se levantó en armas y votó a favor de la Proposición 13, una enmienda a la Constitución del estado y por ende una de las piedras fundamentales de nuestra legislación. Precisamente, el Artículo 13 de nuestra Carta Magna.
La 13, aprobada por el 64.79% de los votantes, limita el impuesto a la propiedad al 1% del valor de la misma (o menos), valuado solo cuando la propiedad cambia de propietario. O sea que castiga a los nuevos compradores.
La disposición de mayor impacto de la Proposición 13 establece que para enmendarla o anularla se requiere una mayoría extraordinaria del 67% de los votantes.
Efectivamente, desde entonces varios intentos de enmendar o derogar la 13 fracasaron aunque tuvieron mayoría. En consecuencia, se necesita una mayoría de dos tercios para subir las tasas impositivas estatales, incluyendo el impuesto estatal a la renta.
Desde entonces, también, cayeron los ingresos estatales por impuestos en relación con el costo de la vida y el estado se ha visto afectado al no poder suministrar los servicios necesarios para una población que desde entonces ha crecido notablemente, de 22 millones en 1978 a 40 millones en 2023.
Dicen que fue una rebelión. Sí, lo fue, pero de los votantes mayores, de los propietarios de viviendas, de los más pudientes, de los habitantes veteranos de California, contra la juventud, quienes alquilan y no pueden comprar casa, quienes tienen menos, y quienes son recién llegados. Empobrece al erario y enriquece a unos cuantos.
Desde entonces han habido múltiples intentos de anular o al menos modificar la Proposición 13. Estos intentos vinieron de parte de quienes vieron desaparecer los fondos disponibles para financiar las obligaciones del estado: educación, salud, transporte, medio ambiente, seguridad. Todos ellos fracasaron, porque estaban sometidos al requerimiento de obtener las ⅔ partes de los votos. En el año 2000 los votantes aprobaron la Proposición 39, que introdujo algo de sentido común a la administración del gobierno: redujo la supermayoría para la emisión de bonos para la construcción y renovación de escuelas del 67% al 55% . Permitió que se aumentase temporalmente el impuesto a la propiedad por encima del 1%.
El año pasado, la Legislatura aprobó la propuesta de ley ACA 1, según la cual los impuestos a la propiedad (y la emisión de bonos locales) requerirán una mayoría del 55% en lugar del 67%, siempre que los fondos se utilizaran para financiar viviendas asequibles, viviendas de apoyo o infraestructura pública, es decir, calles, carreteras, Internet de banda ancha, hospitales, bibliotecas públicas, tratamiento de aguas residuales, parques públicos, control de inundaciones, etc. Como la ley de California establece que todo cambio de reglas en la Constitución debe someterse al voto popular, esto dio nacimiento a la Proposición 5 que se somete a la voluntad del votante.
Esta moción apunta a uno de los problemas más acuciantes del estado: la escasez de vivienda asequible. Desde 1978 las cosas han cambiado en California. Su progreso vertiginoso se ha detenido, el sueño americano de poseer la propia vivienda es demasiado caro, y el desbalance entre los niveles de ingresos creció rápidamente. Esto es algo que perjudica al estado y a toda la población, no solamente a la gente de menores ingresos. El resultado invariablemente es que el estado otrora dorado declina.
La crisis del estado se puede resumir en una breve frase. Es del Analista Legislativo de California, un ente estatal independiente que precisamente analiza los textos de las propuestas de ley y publica sus hallazgos: “En la actualidad, una vivienda típica en California cuesta aproximadamente el doble del promedio nacional. De manera similar, los inquilinos en California suelen pagar aproximadamente un 50% más por una vivienda que los inquilinos en otros estados”.
La Proposición 5 podría comenzar a ofrecer una solución. ¿Cómo? Lo explica el Analista: “Los resultados de las elecciones locales recientes sugieren que entre un 20% y un 50% adicional de las propuestas de emisión de bonos locales se habrían aprobado con el requisito de aprobación de los votantes más bajo de la Proposición 5”.
La demanda de la Proposición 13 y otras leyes que exigen una mayoría de ⅔ para hacer cambios da un poder desmesurado a la minoría que bloquea así lo que la mayoría pide. Condicionar la aprobación de una ley al apoyo de ⅔ es antidemocrático.