Una persona murió en Iowa por fiebre de Lassa: de qué se trata
Un residente de Iowa fallece de fiebre de Lassa tras regresar de África Occidental. CDC trabaja en el diagnóstico y asegura bajo riesgo de contagio en EE.UU.
Un residente de mediana edad del este de Iowa murió tras contraer fiebre de Lassa, enfermedad viral poco común en Estados Unidos. Según informó el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Iowa, el paciente había regresado recientemente de África Occidental, región donde el virus es endémico y se transmite principalmente a través de roedores.
La infección mortal ha suscitado la colaboración del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., que está confirmando el diagnóstico y evaluando los riesgos para el público.
El CDC ha comunicado que el peligro de propagación en territorio estadounidense es extremadamente bajo, aunque en las últimas décadas han surgido esporádicos casos importados en el país. Desde 1969, se han documentado únicamente ocho infecciones relacionadas con viajes a África Occidental, lo que subraya la rareza de esta enfermedad en América del Norte.
La fiebre de Lassa es endémica en África Occidental y afecta a entre 100.000 y 300.000 personas cada año, con cerca de 5.000 muertes anuales, según el CDC. La enfermedad es transmitida a los humanos a través del contacto directo con la orina o excremento de roedores infectados.
Si bien muchas personas infectadas experimentan síntomas leves o asintomáticos, en algunos casos puede evolucionar a una enfermedad grave, con complicaciones que incluyen fiebre hemorrágica, insuficiencia renal y, en ocasiones, muerte.
Además, el contagio puede ocurrir entre personas a través del contacto con fluidos corporales de individuos infectados, lo que supone un riesgo en áreas donde las condiciones sanitarias son deficientes.
El reciente fallecimiento en Iowa ha llevado a las autoridades de salud a advertir a quienes viajan a áreas de riesgo sobre la importancia de evitar el contacto con roedores y adoptar prácticas de higiene rigurosas.
Además, los viajeros provenientes de África Occidental que presenten síntomas compatibles con la fiebre de Lassa, tales como fiebre, malestar general, dolor de cabeza, vómitos o dolor en el pecho, deben buscar atención médica de inmediato. Dado que los síntomas iniciales son inespecíficos, como fiebre o dolores musculares, la enfermedad puede ser difícil de diagnosticar rápidamente sin un historial de viaje detallado.
Impacto de la fiebre de Lassa
En Iowa, las autoridades de salud trabajan junto al CDC para investigar y comprender mejor el impacto de la enfermedad en el país. Los CDC enfatizan que, pese a la seriedad de la fiebre de Lassa en algunas poblaciones, el riesgo de transmisión es mínimo en Estados Unidos.
Además, han puesto en marcha estrategias para informar a los profesionales de salud locales sobre la identificación y manejo adecuado de los casos sospechosos de fiebre de Lassa. Este tipo de infecciones emergentes subraya la importancia de la vigilancia epidemiológica y de la colaboración internacional para el control de enfermedades infecciosas en un contexto de movilidad global.
La fiebre de Lassa pertenece a la familia de los arenavirus y suele asociarse a un periodo de incubación de una a tres semanas tras la exposición inicial. La mayoría de las personas infectadas con el virus desarrollan síntomas leves, pero hasta un 20% pueden experimentar manifestaciones graves que incluyen sangrado, hinchazón facial y otros síntomas que afectan al sistema nervioso y digestivo.
Debido a su similitud con otras fiebres hemorrágicas y enfermedades febriles, el diagnóstico de la fiebre de Lassa puede ser complejo y requiere pruebas especializadas que no siempre están disponibles en centros de salud de primera línea, especialmente en Estados Unidos.
Mientras el CDC analiza el caso en Iowa, la situación pone de relieve los desafíos de salud pública que surgen con enfermedades importadas y la necesidad de un sistema de alerta para contener posibles brotes.
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