Rafa Nadal pierde en Copa Davis: El agridulce principio del retiro de un gigante
Nadal, quien vive sus últimos momentos como tenista profesional y fue ovacionado de forma brutal, cayó ante el neerlandés Botic van de Zandschulp
El esperado primer partido de Rafael Nadal en la Copa Davis llegó y tuvo un final agridulce, ya que, por un lado, la gente se le entregó y le mostró todo su respeto y cariño, pero por el otro, sufrió un revés contra Botic van de Zandschulp que dejó a España 0-1 abajo en el que será el último torneo profesional del balear.
Veinte años después de su debut en 2004, Rafa Nadal dice adiós a una trayectoria profesional con grandes éxitos en la Copa Davis, una competición que ya ganó aquel año en Sevilla. Esta vez lo hace en otra ciudad andaluza, Málaga, que desde el primer momento se ha rendido a su inigualable magnetismo.
Dos décadas habíann pasado desde que Nadal perdió su único partido de Davis hasta ahora. Fue en Brno, en su debut en la República Checa. Contra Jirin Novak. Después todos fueron triunfos. Veintinueve del tirón. Hasta ahora.
El tenista balear, con dos oros olímpicos y 92 títulos en su palmarés, veintidós de ellos Grand Slams (14 Roland Garros, 2 Abiertos de Australia, 4 Abiertos de Estados Unidos y 2 Wimbledon), abrió la eliminatoria de cuartos de final de la Copa Davis ante Países Bajos. Lo hizo ante Botic van de Zandschulp, en un duelo en el que nunca se le vio cómodo, cometió errores en el primer set que le fueron minando y acabó superado por un rival que encontró fácil sus puntos débiles. Al final cayó 6-4 y 6-4 en una hora y cincuenta y dos minutos.
Este partido de Rafa Nadal en el Martín Carpena fue el primero individual en casi tres meses, desde el 29 de julio, cuando perdió con el serbio Novak Djokovic en segunda ronda de los Juegos Olímpicos de París. Dos días después de aquel fatídico día, el 31 de julio, también se despidió de la capital francesa, esa que tan buenos momentos le ha dado, perdiendo junto a Carlos Alcaraz en el dobles de los Juegos ante los estadounidenses Austin Krajicek y Rajeev Ram.
En Málaga, con una afición entregada y rodeado de su familia y cuerpo técnico al completo en uno de los fondos, aunque sin Novak Djokovic, que había prometido estar en la grada, pero no pudo, Nadal vivió un día especial para el que se venía preparando semanas.
La expectación por el partido de Nadal, con la incógnita por saber si sería el último o habría alguno más, desbordó las previsiones. El recinto se llenó con sus 10,700 butacas, pese a ser un martes laborable a las cinco de la tarde, y desde días anteriores y hasta unos minutos antes del encuentro funcionó la reventa con precios desorbitados a varios miles de euros por la eliminatoria.
Sin embargo, en la cancha no pasó lo que casi todos querían ver. No tiene título alguno Botic Van de Zandschulp que transita por el puesto 80 del ránking, con dos finales ATP como registros más llamativos, algo que no importó, porque derrotó al favorito en el corazón de los asistentes.
Nadal aguantó el tipo los ocho primeros juegos. Pero mientras sacaba adelante con apuros, a duras penas su saque, el neerlandés lo hacía con soltura. Y se apoyaba después con tiros certeros, a los ángulos, a los que no llegaba Rafa, sin las piernas ya de hace algunos años. En cuanto Botic quebró, en el noveno, y consolidó después, en el décimo para cerrar el set, todo le llegó rodado.
El balear no encontraba la forma de llevar las dudas a su adversario. Puso todo como siempre. Pero lo que siguió fue peor; de entrada, perdió su servicio en el inicio del segundo set y el neerlandés ya dispuso de una renta de 2-0 que se disparó a 4-1 cuando volvió a quebrar en el quinto. Se aferró a la pista, a su historia, a la épica, cuando rompió en el siguiente por primera vez. Soltó el puño en ese momento. Resistió hasta el 5-4. Van de Zandschulp no concedió más y cerró su triunfo en una hora y 53 minutos.
Fue demasiado para el balear, quien llevaba desde el 29 de julio sin un partido serio, de competición, y sin continuidad desde el inicio del 2023, cuando empezó el principio del fin de su carrera, con la dolencia en el psoas ilíaco de la pierna izquierda.
Se dejó el alma hasta el final, atributo marca de la casa. Pero no le alcanzó para lograr el objetivo. Incapaz de romper el saque de Van de Zandschulp se resignó a su segunda derrota en un partido individual de la Copa Davis.
Un público entregado a Nadal y viceversa
La entrada en pista de Nadal fue por todo lo grande. Aplausos sin cesar, la afición coreando su nombre y el balear con lágrimas en los ojos y muy emocionado durante el himno nacional.
La tarde prometía emociones y no defraudó. Fueron constantes los cánticos de ‘Vamos Rafa’ y ‘sí se puede’ desde todas partes del pabellón, pero no era el día de Nadal. El tenista neerlandés de 29 años, nueve menos que él, se despachó a gusto y acabó ganando el partido.
Nadal se resignó a la derrota, pero antes de marcharse a los vestuarios, y con la afición entregada, se acercó al centro de la pista, abrió los brazos y agradeció a los asistentes su apoyo. También dijo adiós. Lo hizo emocionado y convertido en ‘eterno’, como le dijo algún aficionado en uno de esos silencios entre saque y saque.
¿Fue este el último juego de Rafael Nadal?
Con la caída de Nadal, España está contra la pared y su futuro en la competición queda en manos de Carlos Alcaraz que se enfrenta en el segundo punto con Tallon Griekspoor. Si gana, la resolución quedará a expensas del duelo de dobles.
En caso de conseguir el 2-1 final a favor en la serie, España avanzará a semifinales contra el ganador de Alemania y Canadá; allí Rafael Nadal podría volver a jugar si lo considera pertinente el capitán del equipo David Ferrer.
Pero si España cae en uno de los dos partidos restantes, avanzará Países Bajos y este habría sido el último juego profesional de Rafa Nadal.
*Con información de EFE.
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