Profesora muere de rabia tras ser mordida por un murciélago en el aula
Una profesora de arte murió de rabia tras intentar rescatar un murciélago en su aula. Su caso resalta la importancia de la prevención ante la letal enfermedad
Una profesora de arte de California, Leah Seneng, perdió la vida tras ser infectada por rabia luego de intentar rescatar a un murciélago en su salón de clases en Bryant Middle School, Dos Palos. El lamentable incidente ocurrió a mediados de octubre cuando Seneng, de 60 años, encontró al animal inmóvil en su aula y decidió trasladarlo al exterior, probablemente pensando que estaba herido o muerto. Durante el intento, el murciélago reaccionó y mordió a la profesora. Aunque el incidente no pareció grave inicialmente, la situación evolucionó de manera devastadora semanas después.
Un mes después del contacto con el murciélago, Seneng comenzó a manifestar síntomas de la enfermedad. Su hija la llevó al hospital, donde los médicos la colocaron en coma en un esfuerzo desesperado por salvar su vida. Lamentablemente, falleció el 22 de noviembre, apenas cuatro días después de su ingreso. Las autoridades de salud del condado de Fresno confirmaron que la causa del deceso fue rabia, una enfermedad extremadamente rara pero casi siempre mortal si no se trata a tiempo.
La amiga cercana de Seneng, Laura Splotch, compartió detalles sobre el incidente y la bondadosa personalidad de la profesora. “Leah no quería lastimar al murciélago, solo trataba de ayudar. Era su naturaleza ser amable con todos los seres vivos”, comentó Splotch. Tras el trágico desenlace, organizó una campaña de GoFundMe para cubrir los gastos funerarios de la profesora, logrando recaudar alrededor de $1,500 hasta la fecha.
La rabia es una enfermedad viral que se transmite principalmente a través de la saliva de animales infectados, como murciélagos, mapaches, zorrillos y zorros. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), menos de 10 personas mueren anualmente por rabia en Estados Unidos, gracias a los esfuerzos de prevención y al acceso a profilaxis posexposición. Este tratamiento, que incluye una serie de vacunas, es efectivo si se administra antes de que aparezcan los síntomas. Aproximadamente 60,000 estadounidenses reciben esta profilaxis cada año tras posibles exposiciones al virus.
Sin embargo, una vez que los síntomas se manifiestan, la enfermedad es casi siempre fatal. Entre los primeros signos se encuentran fiebre, dolores musculares y fatiga, seguidos de alteraciones neurológicas graves como confusión, alucinaciones y parálisis. La alta tasa de mortalidad subraya la importancia de la prevención y el tratamiento temprano, así como la necesidad de evitar el contacto directo con animales salvajes, especialmente si parecen heridos o enfermos.
El caso de Leah Seneng ha despertado preocupación en la comunidad de Dos Palos, que recuerda a la profesora como una mujer compasiva y dedicada a sus estudiantes. También ha puesto de relieve los riesgos asociados con el manejo de animales salvajes, incluso cuando la intención es ayudar. Las autoridades de salud locales instan a las personas a no tocar murciélagos ni otros animales sospechosos de portar enfermedades y a buscar atención médica inmediata si ocurre una mordedura o exposición.
A nivel nacional, la rabia continúa siendo una enfermedad bajo vigilancia estricta debido a su potencial letalidad y la necesidad de métodos invasivos para confirmarla en animales, que incluyen la eutanasia. La conciencia pública sobre los riesgos y la educación acerca de las medidas preventivas son herramientas clave para evitar tragedias similares. El legado de Leah Seneng como una figura querida en su comunidad escolar y su trágico fallecimiento sirven como un recordatorio de la importancia de actuar con precaución ante animales salvajes. En su honor, sus amigos y familiares esperan que su historia motive a otros a priorizar la seguridad y a fomentar la educación sobre los riesgos de la rabia.
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