Pena de muerte a hombre de Texas que asesinó, desmembró y quemó los cuerpos de tres personas
Jason Alan Thornburg fue condenado por el crimen de 3 personas justificando que se trató de un “sacrificio humano a Dios”
Calificado como caníbal, metódico y sádico, el asesino serial Jason Alan Thornburg fue condenado a la pena de muerte por un jurado de Tarrant.
Había sido arrestado por el asesinato de tres personas: David Lueras, Lauren Phillips y Maricruz Mathis, cuyos cuerpos desmembró e incendió en un basurero en Fort Worth.
La fiscal Kim D’Avignon explicó al jurado la última vez que se dirigió a ellos que las pruebas contra Jason eran contundentes: él usó su fe para hacerse amigo de las víctimas y atraerlas a su habitación en un motel de Euless, donde cometía los terribles crímenes.
Los abogados defensores solicitaron considerar las condiciones en que Jason fue gestado: una madre alcohólica y drogadicta y que padecía esquizofrenia. “Desde el principio, estaba condenado en el útero”, expresó al jurado J. Warrent St. John, su abogado defensor.
Argumentó que debía ser declarado inocente por razones de locura, y porque “había sido engañado con una idea profundamente arraigada de que Dios le había ordenado matar”, de acuerdo con People.
Jason creía que David, una de sus víctimas, “necesitaba ser sacrificado”, según afirmó en una declaración jurada. En la misma, dijo que se trató de un “sacrificio humano a Dios”; además, afirmó tener un profundo conocimiento de la Biblia y aseguró haber sido llamado a realizar sacrificios humanos.
Thornburg también confesó los asesinatos de otras dos personas años atrás: el de su novia, Tanya Begay, durante un viaje a Arizona en el año 2017 y el de su excompañero, Mark Jewell, en mayo de 2021, durante una explosión sospechosa en la casa que compartían.
Las víctimas
Una de sus víctimas impartió una conferencia, a la cual acudió y en un ejercicio escribió que quería ser misionero y que su mayor fortaleza era “un sentido de propósito, un sentido de destino que debe alcanzarse”.
Era un predicador callejero que, de acuerdo con la fiscal D’Avignon, estaba plenamente consciente de sus actos y la fe sólo era un pretexto para atraer a sus víctimas, quienes eran personas vulnerables. “Lastimar a la gente es algo que le gusta hacer”, expresó en un comunicado.
Los fiscales añadieron que merecía la pena de muerte debido a su violencia y “desprecio depravado por la vida humana”, algo evidente por la forma en que intentaba deshacerse de los cuerpos de sus víctimas.
A Lueras le cortó el pene y se comió una parte de su corazón después de cortarle el cuello; mientras que a Phillips lo estranguló y agredió sexualmente su cadáver, según lo informó People.
Los cuerpos de sus víctimas los desmembró dentro de su bañera y los restos los colocó en contenedores que devolvió a la tienda donde los compró después de lavarlos.
Antes de los asesinatos fue visto leyendo la Biblia en una silla fuera del motel donde cometía sus crímenes. La Fiscal Amy Allin enfatizó que Thornburg está familiarizado con las Escrituras y “las usó como su arma preferida”.
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