Donald Trump y su apoyo a Ford: una historia compleja
Pese al respaldo de Elon Musk a Donald Trump, el expresidente estadounidense ha demostrado una marcada preferencia por Ford
Cuando se habla de Donald Trump y su visión sobre la industria automotriz, el nombre de Ford emerge como un claro favorito.
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Aunque podría suponerse que Elon Musk, con su apoyo declarado al exmandatario y su nombramiento como responsable de eficiencia en la Administración Trump, habría asegurado a Tesla un lugar privilegiado, la realidad parece diferente.
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“Donald Trump ama a Ford”, declaró Bill Ford, presidente de la compañía, durante el Salón de Detroit, y sus palabras abrieron un interesante debate sobre las preferencias del expresidente.
Una llamada inesperada
Bill Ford compartió un momento que marcó un punto de inflexión en la relación entre su compañía y Donald Trump: una llamada telefónica que recibió del entonces presidente electo.
En sus palabras, fue una conversación que dejó “un muy buen sabor de boca”. El mandatario no dudó en expresar su admiración por la marca, destacando que “le encanta el hecho de que somos la compañía de coches más americana”. Además, Bill Ford se atrevió a anticipar que “vamos a tener una muy buena relación con él”.
Este respaldo por parte de Trump no es casualidad. En su discurso, el expresidente ha defendido reiteradamente la producción y los empleos en Estados Unidos, valores con los que Ford está íntimamente alineado.
“Quiere ser útil para nosotros, de hecho, estoy muy seguro de que, en el futuro, Ford tendrá una voz y un asiento en la mesa [donde se tomen las decisiones]”, aseguró Bill Ford.
Trump y los vehículos eléctricos
Pese a su cercana relación con Elon Musk, Trump ha mantenido una postura crítica hacia los coches eléctricos, un pilar fundamental del modelo de negocio de Tesla.
Durante su campaña electoral, el expresidente amenazó con eliminar los subsidios federales para la compra de estos vehículos, una medida que podría haber impactado gravemente las ventas de Tesla.
Esta postura, en contraposición con su respaldo a los coches térmicos, refuerza su afinidad hacia Ford, una marca que combina tradición y modernidad en su portafolio.
Altibajos en una relación histórica
La conexión entre Ford y Trump no siempre ha sido tan fluida. En 2016, el entonces candidato republicano criticó duramente a la compañía por su plan de trasladar la producción de coches pequeños a México, argumentando que esta medida perjudicaría a los trabajadores estadounidenses.
En 2019, durante su presidencia, volvió a cuestionar a Ford por no apoyar sus esfuerzos para revertir las normativas de emisiones de California.
A pesar de estos desacuerdos, Bill Ford considera que la relación ha evolucionado positivamente. “No vamos a ganar absolutamente todo”, admitió el presidente de la compañía, pero también reconoció que Trump “entiende claramente la importancia de la industria y de Ford en ella”.
Esas palabras reflejan una visión optimista sobre el futuro de la colaboración entre ambas partes.
Un Trump más experimentado
La experiencia adquirida durante su primera legislatura parece haber mejorado la comprensión de Trump sobre la industria automotriz. “Entonces, toda esta industria era nueva para él”, explicó Bill Ford, “pero ahora que él ya ha sido presidente y que ha tenido unos años para reflexionar sobre la industria, su conocimiento es muy superior que cuando llegó a su primer mandato”.
Esta madurez podría traducirse en una mayor estabilidad y beneficios para empresas como Ford, especialmente en un contexto donde el apoyo gubernamental es clave para enfrentar retos como la transición hacia vehículos eléctricos y las demandas de sostenibilidad.
Aunque la visión de Trump sobre los coches eléctricos ha generado tensión en el sector, Ford podría beneficiarse de su enfoque en la industria térmica. Al mismo tiempo, la marca ha demostrado un compromiso creciente con la innovación y la electrificación, como lo demuestra el éxito del Mustang Mach-E y la F-150 Lightning.
Con Trump posiblemente regresando al poder, la relación entre la Administración y Ford podría fortalecerse, siempre y cuando ambas partes encuentren un equilibrio entre tradición e innovación.
Para Ford, mantener esta conexión no solo es una estrategia política, sino también una oportunidad para consolidarse como líder en un mercado altamente competitivo.