Trump despedirá a cientos de empleados del Departamento de Seguridad Nacional

La administración del presidente Donald Trump despedirá esta semana a varios empleados de alto nivel del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), buscando así alinear mejor a la agencia con los objetivos del nuevo gobierno republicano.

Según fuentes cercanas a la situación, el equipo de Trump ha trazado un “plan organizado” para despedir a personas de alto rango en los diferentes departamentos del DHS, como parte de una estrategia para modificar la estructura interna de la agencia.

Más despidos en el gobierno

Este recorte se suma a una serie de despidos masivos iniciados el viernes pasado, que afectaron a varias áreas clave del DHS, como la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos y la Agencia de Seguridad Cibernética y de Infraestructuras. Estos recortes se enmarcan en el esfuerzo general de la administración Trump por reducir el tamaño de la fuerza laboral federal.

Las fuentes indican que los empleados más afectados serán aquellos de carrera en niveles gerenciales altos, conocidos como parte del Servicio Ejecutivo Superior, quienes trabajan en todas las agencias del DHS. Sin embargo, los despidos no buscan necesariamente reducir la cantidad de empleados, sino eliminar a aquellos que, según el gobierno, podrían obstaculizar el cumplimiento de los objetivos de la administración Trump para la agencia.

El DHS, que incluye organismos como Aduanas y Protección Fronteriza e Inmigración y Control de Aduanas, juega un papel crucial en la implementación de las políticas migratorias del país. Trump ha confiado en estos departamentos para asegurar la frontera sur de Estados Unidos y aumentar las deportaciones de inmigrantes indocumentados.

Algunos críticos han señalado que muchos de estos empleados de alto nivel tienen una influencia significativa en las políticas y estrategias del DHS. No obstante, defensores de la administración Trump han argumentado que se está eliminando a aquellos empleados que, según creen, están “deliberadamente paralizando” los esfuerzos del gobierno en la implementación de sus políticas migratorias.

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