México justifica como “seguridad nacional” el envío de 29 narcos a Estados Unidos
Las autoridades mexicanas afirman que enviaron a cerca de tres decenas de los narcotraficantes a Estados Unidos por cuestiones de seguridad nacional
El secretario de Seguridad en México sostiene que los reos enviados a Estados Unidos podían haber accedido a su libertad ayudados por magistrados. Crédito: Sáshenka Gutiérrez | EFE
El gobierno de México aseguró que el traslado de 29 narcotraficantes con destino a Estados Unidos obedeció a un trabajo de cooperación bilateral.
Omar García Harfuch, secretario de Seguridad, indicó que, por cuestiones de seguridad nacional, se determinó deshacerse de casi tres decenas de delincuentes de alta peligrosidad, pues de lo contrario podían haber accedido a su libertad con el riesgo de reintegrarse al mundo del narcotráfico.
El funcionario precisó que “había jueces que buscaban favorecer” a los líderes de las organizaciones criminales y para evitarlo se optó por trasladarlos fuera de México para que terminen por pagar por los delitos cometidos durante años.
En la misma línea de pensamiento, Alejandro Gertz Manero, fiscal general de la República, respaldó el planteamiento de que se trató de un requerimiento de Seguridad Nacional.
Con el objetivo de evitar especulaciones, García Harfuch detalló que el proceso de trasladado de reos se apegó a los protocolos institucionales con el apoyo de personal médico y jurídico para garantizar el respeto a los derechos humanos de los detenidos.
Asimismo, se informó que para lograr sacar a los narcotraficantes de los centros donde permanecían detenidos y entregarlos a las autoridades estadounidenses fue necesario montar un enorme operativo donde participaron más de 3,000 efectivos de seguridad con cientos de vehículos.
De esa manera se logró que, desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), ocho aeronaves —cinco de la Secretaría de la Defensa y tres de la Secretaría de Marina— despegarán sin que ningún civil estuviera enterado de que en su interior transportaban a varios de los capos más peligrosos en la historia del crimen organizado en México.
Sin embargo, los 29 nueve delincuentes ya se encuentran en prisiones de alta seguridad: siete en Washington D.C.; seis en Phoenix, Arizona; cuatro en Houston; tres más en McKinney; e igual número en San Antonio, Texas.
Otros dos reos fueron enviados a White Plains, Nueva York; un par más a Chicago, Illinois; y aunque no se determinó con exactitud el destino final de otros dos capos trascendió que fueron enviados al Aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York.
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