Autoridades forenses “perdieron” un cadáver en Colima cuando la madre de la víctima fue a recogerlo

Norma Susana Pérez, madre de Juan Pablo Medina Pérez, desaparecido desde hace más de cuatro años, descubrió recientemente que el cuerpo de su hijo había permanecido desde mayo de 2021 entre los cuerpos identificados pero no reclamados en las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Colima.

Acompañada de la representante del colectivo “Una luz en el camino”, Norma Patricia Barrón Núñez, viajó a Colima y llegó la mañana del miércoles al Departamento de Investigación Humana de la FGE, donde pudo identificar el cuerpo de su hijo a través de fotografías.

En el lugar les informaron que el cuerpo se encontraba en las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) en Manzanillo, a cien kilómetros de la capital del estado.

Tras obtener el número de la carpeta de investigación, se dirigieron hacia la ciudad, ubicada en la costa de Colima, según informó el semanario Proceso.

Pero al llegar a las oficinas del Ministerio Público en Manzanillo les informaron que desconocían el paradero del cuerpo de Juan Pablo, pues no lograron ubicarlo debido a que hubo un problema en todos los Semefo.

La carpeta de investigación también estaba extraviada. “No tienen dato alguno del cuerpo…el cuerpo está perdido”, narró Norma Barrón.

El funcionario que las atendió les pidió que regresaran más tarde, que ellos “nos avisaban cuando tuvieran información, que podrían ser varios días, pero no vivimos a la vuelta de la esquina, venimos desde Irapuato, y la mamá de Juan Pablo no tiene recursos para venir otra vez”, dijo Barrón.

Por tanto, decidieron quedarse en el Ministerio Público de Manzanillo hasta que se resolviera la angustiante situación, que para Norma Susana continuó durante todo el día, pues el cuerpo de su hijo seguía desaparecido.

Una funcionaria les informó que el cuerpo de Juan Pablo no estaba en Manzanillo, sino en el Semefo de Villa de Álvarez, municipio cercano a la capital de Colima, por lo que el jueves siguiente tendrían que regresar a la zona metropolitana para continuar con los trámites para reclamar el cuerpo.

Juan Pablo trabajaba en el área de servicios técnicos de la compañía telefónica mexicana Teléfonos de México cuando fue secuestrado, en noviembre de 2020 en Irapuato, Guanajuato, y desde entonces comenzó el calvario para su madre.

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