La población de Singapur está envejeciendo rápidamente

Singapur usa IA para atender a sus ancianos, optimizando el cuidado médico y fomentando el envejecimiento en el hogar sin reemplazar el contacto humano

piel madura

Con el paso del tiempo, la piel naturalmente va cambiando por condiciones de salud, falta de cuidado y agentes externos. Podemos prevenir y mejorar los signos de envejecimiento con los productos adecuados Crédito: Shutterstock

Singapur está implementando inteligencia artificial (IA) para abordar el reto del envejecimiento poblacional y mejorar la atención médica de sus ciudadanos mayores. Con la proyección de que para 2030 una cuarta parte de su población tendrá 65 años o más, el país enfrenta un déficit en el personal de atención sanitaria, estimado en la necesidad de contratar 6.000 profesionales anualmente. Ante esta situación, el gobierno y las instituciones de salud están recurriendo a la tecnología para optimizar recursos y ofrecer mejores cuidados a los ancianos.

Investigadores como Chuan De Foo, de la Escuela de Salud Pública Saw Swee Hock, consideran que la IA será clave para llenar este vacío. En un artículo publicado en la revista científica Frontiers, Foo y sus colegas afirman que la tecnología tiene el potencial de transformar la atención médica y generar un cambio de paradigma en el sector. Según el experto, la IA facilitará la gestión de enfermedades crónicas y aliviará la carga de trabajo de los profesionales de la salud, permitiéndoles enfocarse en la atención directa a los pacientes. Además, puede ser utilizada para optimizar tareas administrativas, como el monitoreo de la disponibilidad de camas hospitalarias.

Los avances tecnológicos también están permitiendo a los ancianos de Singapur acceder a consultas médicas de forma remota. A medida que la población mayor se familiariza con herramientas digitales, la telemedicina se ha convertido en una alternativa cada vez más utilizada. La IA también está revolucionando el diagnóstico de enfermedades, como explica Han Ei Chew, investigador de la Escuela de Políticas Públicas Lee Kuan Yew. Chew menciona que su madre, quien padecía enfermedad ocular diabética, podría haber recibido tratamiento a tiempo si los métodos de detección con IA hubieran estado disponibles en su momento.

Uno de los principales objetivos del país es fomentar el “envejecimiento en el hogar”, es decir, permitir que las personas mayores permanezcan en sus residencias con apoyo tecnológico en lugar de trasladarlas a instituciones de cuidados prolongados. Para ello, se han desarrollado sistemas de monitoreo con IA que pueden detectar caídas y alertar automáticamente a familiares o centros de atención. Sin embargo, los expertos advierten que estos sistemas deben implementarse con cautela. Chew enfatiza que la IA debe ser una herramienta de apoyo y no un mecanismo invasivo que limite la autonomía de las personas mayores. En este sentido, destaca la importancia de que los usuarios puedan decidir cuándo activar o desactivar estos sistemas.

El uso de IA en el cuidado de los ancianos no es exclusivo de Singapur. En Estados Unidos, la empresa Sensi.AI ha desarrollado un sistema de monitoreo basado en dispositivos de audio que analizan patrones sonoros dentro del hogar para detectar signos de alerta, como infecciones respiratorias o caídas. Romi Gubes, directora de la empresa, explica que la tecnología combina múltiples indicadores acústicos con conocimientos clínicos para identificar anomalías en la salud de los usuarios. Esta solución ha sido adoptada por decenas de miles de personas mayores en Estados Unidos y la compañía está explorando su expansión a Asia.

A pesar de los beneficios que ofrece la IA en la atención médica, los especialistas advierten sobre los riesgos de una dependencia excesiva de la tecnología. Foo señala que algunas personas mayores podrían tener dificultades para adaptarse a estos sistemas, lo que podría derivar en una atención desigual. Además, la Organización Mundial de la Salud ha advertido sobre los riesgos de sesgos en los algoritmos de IA, que podrían perpetuar la discriminación por edad. Para mitigar estos problemas, es fundamental que los desarrolladores incluyan la perspectiva de los ancianos en el diseño de nuevas soluciones tecnológicas.

El gobierno de Singapur ha trazado un plan de acción para mejorar la calidad de vida de su población mayor, con metas como alcanzar a 550.000 personas con programas de bienestar y reducir la tasa de muertes hospitalarias del 61% al 51% en los próximos años. No obstante, Foo advierte que cualquier estrategia que busque integrar la IA en el sistema de salud debe contar con la aceptación y participación de los propios ancianos. Sin este elemento humano, cualquier iniciativa tecnológica corre el riesgo de fracasar.

Chew resume la visión futura del cuidado de los ancianos en una combinación equilibrada de tecnología y atención personalizada. En su opinión, la IA debe actuar como un apoyo para médicos y cuidadores, pero sin sustituir el contacto humano, que sigue siendo esencial en la prestación de servicios de salud. “La mejor manera de usar la IA es como ojos y oídos adicionales, y los robots como manos de apoyo, pero nunca como un reemplazo del cuidado humano”, concluye.

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