Pantallas, niños y salud mental: qué dice un nuevo estudio
Un estudio resalta que la exposición prolongada a pantallas y la falta de actividad física en los adolescentes contribuyen a problemas de salud mental
El uso prolongado de pantallas puede afectar el desarrollo emocional y físico de los adolescentes. Crédito: PeopleImages.com - Yuri A | Shutterstock
La salud mental de los adolescentes se ha convertido en una preocupación creciente en todo el mundo. De acuerdo con investigaciones recientes, casi uno de cada tres jóvenes experimenta algún tipo de trastorno relacionado con su bienestar emocional, como el estrés, la ansiedad o la depresión.
En este contexto, un estudio de largo alcance realizado por las universidades de Jyväskylä y Finlandia Oriental en Finlandia arroja una nueva luz sobre los factores que contribuyen a este problema: el tiempo excesivo frente a las pantallas y la falta de actividad física.
El estudio, que siguió a 187 adolescentes durante un período de ocho años, reveló que uno de los mayores impactos en la salud mental de los jóvenes proviene de un estilo de vida predominantemente sedentario, marcado por el uso intensivo de dispositivos electrónicos.
Si bien la tecnología y las redes sociales se han integrado profundamente en la vida cotidiana de los adolescentes, no es su existencia lo que genera el problema, sino el uso desmesurado y descontrolado. La luz azul de las pantallas, la falta de interacción social directa y el deterioro del sueño son algunos de los efectos adversos identificados en el estudio.
El Dr. Eero Haapala, autor principal de la investigación, explicó que el tiempo frente a la pantalla no debe ser completamente prohibido, pero es esencial establecer límites. Según él, se recomienda que los jóvenes no pasen más de dos horas al día frente a dispositivos electrónicos en su tiempo libre.
Sin embargo, el Dr. Haapala también señaló que, en su opinión, incluso esta cantidad de tiempo podría ser excesiva. El uso prolongado de pantallas puede afectar el desarrollo emocional y físico de los adolescentes, ya que reduce las oportunidades para la actividad física, que es crucial para el bienestar general.
Además de los efectos de las pantallas, el estudio también subraya la importancia de la actividad física para contrarrestar los problemas de salud mental. Los adolescentes que participan en deportes o actividades físicas reportaron menos niveles de estrés y síntomas depresivos.
El ejercicio no solo mejora el estado físico, sino que también tiene beneficios psicológicos, como la mejora del estado de ánimo, la reducción de la ansiedad y el fortalecimiento de la resiliencia emocional.
Sin embargo, los investigadores también encontraron que los beneficios de la actividad física no eran suficientes para contrarrestar completamente los efectos negativos de un exceso de tiempo frente a las pantallas.
En este sentido, los expertos destacan la importancia de un enfoque equilibrado. Aunque la tecnología forma parte esencial de la vida moderna, el desafío radica en encontrar formas de incorporar el movimiento y la actividad física en la rutina diaria de los jóvenes.
Según el Dr. Haapala, este balance debe ser promovido activamente por padres, educadores y responsables políticos. Se trata de crear un entorno donde la tecnología y el ejercicio no estén en competencia, sino que se complementen para mejorar el bienestar integral de los adolescentes.
El estilo de vida sedentario, impulsado por la proliferación de las pantallas, se ha convertido en una de las principales amenazas para la salud mental de los jóvenes. Sin embargo, con el apoyo adecuado, es posible mejorar la situación.
Fomentar la actividad física, establecer límites claros para el uso de dispositivos digitales y promover hábitos saludables como un sueño adecuado y una dieta balanceada son pasos clave para garantizar el bienestar emocional de los adolescentes.
Además, se necesita una colaboración más amplia, que involucre a las familias, las escuelas y las políticas públicas, para crear un entorno en el que los jóvenes puedan prosperar.
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