Caso Teuchitlán: un sobreviviente revela cuánto le ofreció el CJNG para ser sicario
Un sobreviviente da su testimonio de los horrores que vivió en el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, con el CJNG desde que vio una "oferta laboral"

Sobreviviente del Rancho Teuchitlán da su testimonio. Crédito: AP
Han pasado más de 15 días desde el hallazgo del Rancho Izaguirre, ubicado en el municipio de Teuchitlán, en el estado Jalisco, al occidente de México, señalado como un centro de adiestramiento y exterminio operado presuntamente por el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y conforme pasan los días van surgiendo más testimonios de sobrevivientes.
El pasado 5 de marzo de 2025, el colectivo “Guerreros Buscadores de Jalisco” localizó en el rancho tres presuntos crematorios clandestinos, decenas de zapatos, prendas de vestir, mochilas, bolsas, y otros objetos personales, de las presuntas víctimas del CJNG.
Lo que encendió las alarmas en los tres niveles de gobierno, pero además, han surgido testimonios de personas que aseguran haber sido víctimas del reclutamiento forzado y han comenzado a compartir sus historias sobre cómo llegaron al Rancho Izaguirre, lo que los forzaron a hacer y la forma en que lograron sobrevivir y escapar.
Uno de los relatos más recientes fue difundido por el periodista Alejandro Domínguez en Milenio Televisión. Se trata de un hombre cuya identidad se mantiene en el anonimato por seguridad, pero que, al igual que otros sobrevivientes, afirma haber sido engañado con una falsa oferta de trabajo.
Incluso el sobreviviente reveló cuánto le pagaba mensualmente el CJNG.
La falsa oferta de trabajo que llevó al infierno
Según su testimonio, en junio de 2024 encontró un anuncio para laborar como guardia de seguridad con un salario de aproximadamente $643 dólares mensuales. Con la esperanza de mejorar su situación económica y sin sospechar que se trataba de una trampa, acudió al punto de encuentro: la terminal de autobuses de Tlaquepaque. Ese fue el epicentro de los reclutadores del CJNG para citar a sus víctimas.
Ese mismo día, junto con otras siete personas, fue trasladado en una taxi de aplicación al Rancho Izaguirre.
“Cuando nos recogieron en la terminal de Tlaquepaque, un Uber nos llevó a una casa cerca del rancho. Ahí nos dimos cuenta de que no era el trabajo que buscábamos, porque había gente armada”, recordó en la entrevista televisiva.
Pago como sicario
El hombre detalló que, tras completar el adiestramiento, les ofrecieron un pago de $143.28 dólares a la semana, aproximadamente 573.12 dólares al mes, ya no eran los casi $643 que les ofrecieron al inicio, por integrarse al grupo criminal
Sin embargo, quienes se negaron fueron asesinados y aquellos que aceptaron tampoco tenían garantías de vivir mucho tiempo más.
“Era un lugar de adiestramiento, pero también de castigo. Ahí mataban a quienes no obedecían, a los considerados débiles, a quienes no cumplían con el entrenamiento”, comentó el sobreviviente.
A las personas que mataban, según su testimonio, eran llevados a un cuarto llamado “la carnicería”, donde eran desmembrados por otros reclutas como parte de su entrenamiento. Luego, sus restos fueron incinerados. “El lema ahí era que si no hay cuerpo, no hay delito”, agregó.
Objetos hallados en el Rancho Izaguirre
Respecto al hallazgo de decenas de zapatos que llevó a especulaciones sobre el destino de sus propietarios, el testigo explicó que la presencia de estos artículos no necesariamente indica que sus dueños hayan sido asesinados.
“Nos vendían botas tácticas porque los zapatos o tenis no servían, estaban prohibidos”, relató.
Luego de completar su entrenamiento, el hombre fue enviado como sicario a una plaza en Zacatecas, desde donde finalmente logró escapar, ya que deseaba volver a su hijo pequeño.
El Rancho Izaguirre, se encuentra en la comunidad de la Estanzuela, en el municipio de Teuchitlán, Jalisco, que ha desatado polémicas por las presuntas omisiones y posibles nexos entre autoridades locales con los grupos del crimen organizado.
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