Conoce la ashwagandha, la planta que ayuda a reducir la ansiedad

Actúa regulando la respuesta del organismo al estrés y permite reducir la inflamación

Ofrece múltiples beneficios al organismo

Ofrece múltiples beneficios al organismo Crédito: Pixabay | Pixabay

El interés por la medicina natural, además del apoyo entusiasta de famosos e influencers ha provocado un aumento de la curiosidad por esta opción que nació hace miles de años y que con el paso del tiempo va tomando fuerza en la medicina natural.

Son muchas las plantas que se emplean para mejorar ciertas patologías y una de ellas es la ashwagandha (Withania somnifera), también conocida como bufera o ginseng indio, se usa en la medicina tradicional india o Ayurdeva desde hace miles de años al considerar que aporta muchos beneficios a la salud.

Muchos consideran que la ashwagandha es buena para la salud, y los estudios científicos sugieren, que esta planta cuya traducción del nombre literal es ‘aroma de caballo’, ofrece algunos beneficios para el estrés, la ansiedad, el sueño y otros aspectos de la salud en general.

La ashwagandha reduce la ansiedad

Esta planta ayuda a controlar el estrés, la ansiedad y el nerviosismo. Es un tratamiento efectivo para el tratamiento de afecciones neuropsiquiátricas relacionadas con el estrés, como la ansiedad y el nerviosismo, incluso permite mejorar el estado de ánimo.

También mejora el sueño gracias a sus características relajantes que ayudan a inducir el sueño y mejorar su duración y profundidad, lo que contribuirá a una mejor recuperación física y mental.

“A menudo se la denomina adaptógeno, lo que significa que ayuda al organismo a adaptarse a los factores estresantes y restablecer el equilibrio. Sus otros beneficios son reducir la inflamación, aumentar la energía, aliviar la ansiedad y mejorar el sueño”, explicó Chiti Parikh, cofundadora de Salud Integral del Hospital Presbiteriano de Nueva York – Weill Cornell Medicine (Estados Unidos).

Se presume que la ashwagandha actúa regulando la respuesta del organismo al estrés y reduciendo la inflamación mediante componentes activos que incluyen alcaloides, lactonas y compuestos esteroideos.

Los ensayos clínicos en humanos y animales apoyan el uso de ashwagandha para la ansiedad, los trastornos cognitivos y neurológicos, la inflamación y la enfermedad de Parkinson. También se utiliza terapéuticamente como un adaptógeno para pacientes con agotamiento nervioso, insomnio y debilidad debido al estrés, y como estimulante inmunológico en pacientes con recuentos bajos de glóbulos blancos.

Estudios han indicado que el consumo de ashwagandha durante un máximo de tres meses parece ser seguro para la mayoría de las personas, aunque podría no ser seguro tomar ashwagandha si se está embarazada, en periodo de lactancia o se padece cáncer de próstata.

La ashwagandha se puede tomar en la mañana para aumentar la energía y la vitalidad, ofreciendo una mayor concentración a quien la ingiera; por la tarde permite mantener la energía durante el resto del día, promoviendo una buena salud física y mental; y por la noche relaja el cuerpo y la mente para un mejor descanso.

Existen diferentes formas para tomar la ashwagandha en función de las preferencias y necesidades individuales. Pero las cápsulas son la forma más común de consumir ashwagandha, al contener un extracto de la raíz de la planta que le permite contar con todas las sustancias bioactivas en su interior. Otra forma es tomarla en polvo.

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