Tesla y los sindicatos: una batalla laboral en Alemania

Tesla enfrenta duras acusaciones en Alemania y Suecia por parte de los sindicatos, que denuncian intimidación a empleados de baja médica

Centro de Tesla

Centro de Tesla. Crédito: Tesla. Crédito: Cortesía

Tesla no solo es conocida por sus innovadores autos eléctricos y sus avances tecnológicos. También ha ganado protagonismo por sus controversias laborales.

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En Alemania y Suecia, los sindicatos acusan a la empresa de presionar a los empleados que se acogen a bajas médicas y de vulnerar sus derechos laborales.

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El choque entre Tesla y los representantes sindicales no es nuevo, pero las tensiones se han intensificado en los últimos meses, sobre todo en la Gigafactoría de Grünheide, cerca de Berlín, y en los centros de servicio técnico de Suecia.

Un modelo laboral que choca con Europa

Mientras en Estados Unidos las leyes laborales son más flexibles para las empresas, en Alemania y los países nórdicos los derechos de los trabajadores están protegidos por fuertes estructuras sindicales y convenios colectivos.

Tesla, acostumbrada a operar con menos regulación en su país de origen, parece haberse encontrado con un obstáculo difícil de superar.

El sindicato IG Metall, el más grande de Alemania con más de tres millones de afiliados, ha sido el principal oponente de la compañía. Denuncian que Tesla presiona a los empleados enfermos, cuestiona sus bajas médicas y les retiene parte de sus salarios.

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Crédito: Susan Walsh | AP

Visitas a domicilio y retención de salarios

Uno de los puntos más polémicos son las visitas que la empresa realiza a los empleados que están de baja. Según IG Metall, los directivos de la planta de Grünheide han acudido a las casas de los trabajadores para comprobar si realmente estaban enfermos o si abusaban de la baja médica.

El sindicato denuncia que estas visitas son una forma de intimidación, acompañadas de presiones para que los empleados revelen detalles privados sobre sus diagnósticos médicos, algo que es confidencial por ley.

Además, IG Metall acusa a la empresa de retener parte del salario a los empleados que están de baja, lo que incrementa la tensión entre los trabajadores y la compañía.

Tesla, por su parte, niega estas acusaciones. La empresa afirma que las visitas son limitadas, “una docena al mes”, y que la versión del sindicato es “una distorsión deliberada de la realidad”.

La compañía también defiende que las retenciones salariales solo se aplican cuando detectan que los empleados piden bajas después de que se les niegue previamente una solicitud de vacaciones, insinuando que algunos trabajadores estarían abusando de sus derechos.

Despidos y persecución sindical

El conflicto no solo gira en torno a las bajas médicas. IG Metall también acusa a Tesla de despedir a empleados sindicados como represalia. A finales del año pasado, un trabajador afiliado al sindicato fue despedido sin explicaciones. IG Metall denunció que este despido fue un acto de “intimidación” y una advertencia para que otros empleados no se unieran al comité de empresa.

“Este despido es un intento más de intimidar a los trabajadores del IG Metall en la fábrica”, declaró el sindicato. Aseguran que Tesla ha amenazado con “despedir a todos los que se unan al comité de empresa“, una táctica que, de ser cierta, violaría las leyes laborales alemanas.

Suecia también entra en la disputa

El conflicto laboral de Tesla no se limita a Alemania. En Suecia, los empleados de los centros de servicio técnico también han levantado la voz. Denuncian que la compañía no les permite acogerse al convenio colectivo que rige a los mecánicos del país.

Los trabajadores suecos afirman que ganan menos que los empleados de otras empresas del sector y que sus condiciones laborales son peores, incluyendo seguros y beneficios sociales más limitados.

En protesta, los sindicatos suecos llevaron a cabo una serie de boicots contra Tesla durante varios meses, afectando la distribución y el mantenimiento de los vehículos eléctricos en la región.

En medio de esta creciente presión, Tesla ha intentado suavizar las tensiones con algunas medidas. En octubre pasado, la compañía anunció que contrataría de manera indefinida a 500 empleados temporales en la planta de Berlín. La medida, según Tesla, busca “reducir el absentismo laboral” y cubrir las vacantes dejadas por los trabajadores que están de baja médica.

Además, la empresa prometió un aumento del 4 % en los salarios de los empleados alemanes. Sin embargo, los sindicatos desconfían de estas promesas.

Los trabajadores suecos aseguran que las mejoras salariales que promete la empresa no se han reflejado en sus nóminas y que sus condiciones siguen siendo inferiores a las del resto del sector.

El futuro de la batalla laboral en Tesla

Mientras Elon Musk sigue expandiendo sus fábricas por el mundo, los sindicatos europeos parecen decididos a no ceder en la defensa de los derechos laborales. El conflicto entre Tesla y IG Metall podría marcar un precedente importante sobre cómo las grandes compañías tecnológicas deben adaptarse a las normativas laborales de Europa.

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