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Nissan toca fondo y sufre su mayor pérdida financiera

La marca tiene una pérdida histórica de $4,850 millones de dólares. La presión del mercado y sus fracasos estratégicos, son algunos de los motivos

Exhibición de Nissan

Exhibición de Nissan. Crédito: Nissan. Crédito: Cortesía

Hace menos de una década, Nissan parecía invencible. Su alianza con Renault prometía una revolución eléctrica, el Leaf era pionero entre los compactos cero emisiones, y el GT-R conservaba el respeto del mundo automotor.

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Hoy, el panorama es otro: una combinación de errores estratégicos, desaciertos financieros y falta de reacción frente a una competencia cada vez más agresiva tiene al fabricante japonés al borde del abismo.

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La noticia que sacudió a los mercados asiáticos no llegó por sorpresa, pero su magnitud sí estremeció: Nissan anticipa una pérdida récord de 750 mil millones de yenes, equivalentes a aproximadamente $4,850 millones de dólares, para el año fiscal 2024/2025.

La marca ya venía arrastrando señales de agotamiento, pero este resultado supone la mayor pérdida en sus más de 90 años de historia.

Aunque el año fiscal japonés concluyó en marzo, la presentación oficial de resultados está prevista para el 13 de mayo, pero la compañía decidió adelantarse con una comunicación a sus inversores que confirmó los peores temores. La razón, según el propio comunicado, se encuentra en “los cambios en el entorno competitivo y el deterioro en el rendimiento de las ventas”.

Caída libre: un desplome que arrastra valor y confianza

Desde enero, las acciones de Nissan han caído un 31%, que se suma al 13% perdido en 2024, marcando un desplome bursátil superior al 40% en apenas año y medio.

El valor de mercado de la firma se ha erosionado de forma alarmante, mientras otros competidores japoneses, como Toyota, celebran resultados récord impulsados por su estrategia híbrida global.

Nissan, en cambio, ha perdido el norte, según varios analistas. Su fallido intento de fusión con Honda, revelado este invierno, muestra hasta qué punto la dirección ejecutiva buscaba una tabla de salvación.

Las conversaciones fueron serias, pero Honda impuso condiciones que Nissan no estuvo en condiciones de aceptar.

Logo de Nissan
Logo de Nissan. Crédito: Nissan.
Crédito: Cortesía

Mientras tanto, los números se siguen desangrando. La previsión de beneficios operativos se ha ajustado fuertemente a la baja: la marca espera 85 mil millones de yenes (unos $550 millones de dólares), cuando meses antes aún sostenía una expectativa de 120 mil millones de yenes (alrededor de $775 millones de dólares). La diferencia no es solo cuantitativa: habla de una empresa que ya no controla su propia narrativa.

Los analistas: entre el escepticismo y el consuelo amargo

Expertos del sector ven el gesto de Nissan como un paso necesario, aunque tardío. Tatsuo Yoshida, analista de Bloomberg, afirmó que “el mercado esperaba pérdidas aún mayores”, por lo que, en cierto modo, “la compañía finalmente está admitiendo lo inevitable, lo que es bueno”. Sin embargo, advirtió: “Eso no significa necesariamente que el futuro sea brillante”.

Esta pérdida, aunque grave, podría ser un punto de inflexión si la nueva dirección logra reconducir el rumbo. El problema, explican los analistas, es que el margen de maniobra es cada vez más estrecho, con una deuda creciente, una reputación debilitada, y una gama de productos que no consigue destacarse.

Un nuevo liderazgo para una etapa crítica

En medio de este terremoto financiero, el nombramiento de un nuevo CEO ha abierto una ventana de esperanza. Se trata de Iván Espinosa, un ingeniero mexicano de 46 años con más de dos décadas en la empresa, principalmente en áreas de diseño y estrategia de producto.

Su ascenso al cargo máximo marca un hito para Nissan, tanto por su perfil internacional como por el enfoque pragmático con el que ha empezado a operar.

Espinosa tiene clara su misión: reconstruir una compañía fragmentada desde la salida de Carlos Ghosn, revitalizar el portafolio de modelos, y reposicionar la marca como un jugador clave en la movilidad eléctrica asequible. Su receta es tan audaz como nostálgica: rescatar nombres icónicos del pasado para vestir al futuro eléctrico de Nissan.

El regreso de los clásicos: Micra, Leaf y ¿Pixo?

En este nuevo plan de productos, el Micra resurge como un urbano eléctrico con base Renault —compartirá arquitectura con el Renault 5 E-Tech—, mientras que el Leaf se prepara para una tercera generación, más ambiciosa y tecnológica.

Pero quizás lo más llamativo es el posible retorno del Nissan Pixo, un microcoche que desapareció hace más de una década y que ahora podría renacer como vehículo eléctrico urbano ultracompacto.

En mercados como Japón, India y el sudeste asiático, donde los kei cars y vehículos pequeños siguen dominando, este tipo de producto podría ser vital para relanzar las ventas.

La estrategia es clara: enfocarse en modelos eléctricos más accesibles y con fuerte carga emocional. “Queremos que el público vuelva a identificarse con Nissan”, habría dicho Espinosa en una reunión interna. Y para eso, necesita que cada modelo cuente una historia.

Nissan Ariya Nismo
Nissan Ariya Nismo. Crédito: Nissan.
Crédito: Cortesía

El desafío eléctrico y la competencia feroz

En un contexto donde BYD, Tesla, Hyundai y otros fabricantes aceleran su ofensiva eléctrica global, Nissan no puede permitirse errores. Su competencia se reinventa y multiplica sus entregas mientras Nissan sigue cargando con la etiqueta de pionero estancado.

Su alianza con Renault y Mitsubishi, aunque sigue vigente, no está generando el dinamismo que se esperaba. El Megane E-Tech y el Ariya no han alcanzado el impacto deseado y, a diferencia de otros grupos automovilísticos, Nissan no tiene una plataforma modular propia y exitosa que pueda escalar rápidamente en varias regiones.

A eso se suma un mercado japonés cada vez más competido, donde marcas emergentes como Xpeng y Leapmotor ya se preparan para desembarcar con propuestas asequibles y conectadas. Frente a eso, Nissan necesita no solo buenos productos, sino una nueva narrativa de marca, coherente, atractiva y con visión de futuro.

¿Se puede salvar Nissan?

Los próximos meses serán críticos para saber si la era Espinosa puede marcar un antes y un después. La marca tiene historia, tiene red comercial y aún cuenta con leales seguidores en mercados clave como Japón, México, Reino Unido y partes de América Latina.

Pero todo dependerá de su capacidad para ejecutar con rapidez, renovar su oferta de forma convincente y recuperar la confianza de los consumidores y de los inversores.

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