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El contacto piel con piel no mejora los resultados cognitivos en bebés prematuros

Contacto piel con piel inmediato no mejora el neurodesarrollo en prematuros, pero sí impulsa la lactancia materna y el vínculo con la madre

El contacto piel con piel no mejora los resultados cognitivos en bebés prematuros

El objetivo principal fue evaluar si esta intervención temprana influía en el desarrollo cognitivo de los niños al alcanzar los dos y tres años. Crédito: Katya Tsiganok | Shutterstock

Un nuevo estudio realizado por investigadores del Hospital Universitario de Trondheim, en Noruega, ha puesto en tela de juicio uno de los pilares de las recomendaciones actuales sobre el cuidado de recién nacidos prematuros, el contacto piel con piel inmediato entre la madre y su bebé.

Aunque esta práctica ha sido ampliamente promovida por sus posibles beneficios fisiológicos y emocionales, los resultados de esta investigación revelan que no tiene un impacto medible en el desarrollo neurológico de los bebés muy prematuros a los dos o tres años de edad.

La investigación, publicada recientemente en la revista JAMA Network Open, analizó a 108 neonatos nacidos entre las semanas 28 y 32 de gestación, un grupo particularmente vulnerable a complicaciones de salud a largo plazo, entre ellas parálisis cerebral, retrasos cognitivos y del lenguaje, así como trastornos psiquiátricos y deficiencias sensoriales. Para poder participar en el estudio, los bebés debían pesar más de 1.000 gramos al nacer y requerir menos del 40 % de oxígeno.

El ensayo se desarrolló entre 2014 y 2020 en tres hospitales noruegos y dividió aleatoriamente a los recién nacidos en dos grupos, uno recibió dos horas de contacto piel con piel inmediato en la sala de partos, y el otro fue trasladado directamente a la unidad de cuidados intensivos neonatales, siguiendo el protocolo estándar.

El objetivo principal fue evaluar si esta intervención temprana influía en el desarrollo cognitivo de los niños al alcanzar los dos y tres años, utilizando la Escala Bayley de Desarrollo de Lactantes y Niños Pequeños, en su tercera edición (BSID-III).

Los resultados mostraron que las puntuaciones cognitivas eran prácticamente idénticas entre los dos grupos. La media fue de 99,6 puntos en el grupo de contacto piel a piel y de 99,4 en el grupo de atención estándar, una diferencia mínima de 0,21 puntos que no fue estadísticamente significativa.

De igual modo, no se observaron variaciones relevantes en el desarrollo del lenguaje ni en las habilidades motoras. Aproximadamente la mitad de los niños de cada grupo presentaron algún tipo de retraso en al menos una de las evaluaciones realizadas.

Sin embargo, el estudio sí evidenció un beneficio notable relacionado con la lactancia materna. Al momento del alta hospitalaria, el 84 % de los bebés que recibieron contacto piel con piel inmediato estaban siendo amamantados, en contraste con el 67 % del grupo de atención convencional.

Salud emocional del bebé

Esta diferencia continuó siendo significativa a los 12 meses de edad, con un 44 % de los bebés del primer grupo manteniendo la lactancia, frente a solo un 26 % en el segundo.

Aunque no se encontraron diferencias en términos de complicaciones médicas o resultados adversos, los autores destacaron que el contacto temprano promueve un vínculo emocional más fuerte entre la madre y el recién nacido, lo que puede influir positivamente en la salud emocional tanto del bebé como de los padres.

Estas conclusiones coinciden con hallazgos previos que asocian esta práctica con mejoras en la estabilidad fisiológica del neonato y una reducción en la mortalidad infantil, factores que respaldan su implementación más allá del impacto estrictamente neurológico.

A pesar de la falta de evidencia sobre una mejora en el desarrollo cognitivo, motor o del lenguaje, los investigadores consideran que los beneficios en la lactancia materna y la relación madre-hijo justifican continuar promoviendo esta práctica.

En lugar de buscar nuevas pruebas sobre su impacto neurológico, los autores sugieren enfocarse en facilitar su adopción como una intervención segura, de bajo costo y con efectos positivos tangibles en la experiencia neonatal.

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