Rubén Omar Romano recuerda secuestro en México: “El país me dio mucho más que ese mal momento”
A 20 años del episodio, el exentrenador argentino reflexiona sobre la experiencia que marcó su vida

Rubén Omar Romano, exfutbolista y director técnico argentino Crédito: Claudio Cruz | AP
El argentino Rubén Omar Romano rompió el silencio sobre uno de los momentos más oscuros de su vida: su secuestro en México. A dos décadas del hecho, el exdirector técnico de clubes como Cruz Azul, América y Santos Laguna en la Liga MX compartió detalles sobre aquel episodio en el podcast Alexpuesto, conducido por el periodista Alex Blanco.
Durante una dinámica de fotos, Blanco mostró una imagen de la liberación del técnico, lo que despertó un aluvión de recuerdos. Romano confesó que tras los 65 días que pasó en cautiverio, salió visiblemente afectado.
“Salí con diez kilos menos, más o menos; diez, doce kilos menos”, dijo.
En un principio, creyó que todo se resolvería rápidamente. Sin embargo, con el paso de los días, la situación se volvió más complicada. El desgaste psicológico fue inevitable. “Sabía que a mí no me estaban golpeando, por ejemplo, que si quería cigarros, me daban cigarros; no quería comer, porque no podía, porque estaba vendado. No tuve maltrato físico; psicológico, sí”, explicó.
Nunca pensó en irse de México
Una de las mayores preocupaciones de Romano durante su secuestro era su familia. La incertidumbre sobre su estado y su seguridad lo acompañó todo el tiempo. En una ocasión, incluso pudo hablar con su hija mayor. Pero ese momento se tornó aún más tenso cuando los secuestradores amenazaron con cortarle un dedo.
Pese a la gravedad del hecho, aseguró que él no era el objetivo original. “Iban por Cruz Azul, por Cruz Azul; como me tocó a mí, porque viajaba solo, pudo ser alguien más. Yo escuché allá adentro que pudo haber sido otra gente; lo primero que me preguntaron fue el número de ‘Billy’ Álvarez”, relató.
Después de su liberación, muchos creyeron que Romano se marcharía del país. Sin embargo, el técnico nunca consideró abandonar México. “Jamás (lo pensé), a los tres días salí a un campo de juego, a los tres días. El futbol mexicano y el país me dio mucho más que ese mal momento, que fue muy fuerte, pero me dio mucho más que eso. Nunca se me cruzó en la cabeza irme del país”, declaró con convicción.
Agradecido por seguir con vida, Romano aseguró que no necesitó acudir a un psicólogo. Su fortaleza, afirmó, se basó en tres pilares: Dios, su familia y el futbol. “Agradezco a Dios poder estar acá, contando esto. Hay gente que no es pública y desaparece”, concluyó.
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