Dosis de buen Karma: regresa $100 y gana $1 millón en la lotería
Un hombre en Nueva Jersey devolvió un billete perdido de $100 y poco después ganó $1 millón en un juego de lotería: un recordatorio de hacer siempre lo correcto

El ganador de $1 millón asegura que si no hubiera devuelto los $100, no hubiera comprado los billetes de lotería. Crédito: Shutterstock
Una buena acción tuvo una inesperada y millonaria recompensa para un residente de Nueva Jersey. La historia, que ya circula como ejemplo de integridad, comenzó con un acto simple: devolver un billete de $100 dólares que no le pertenecía. Minutos después, ese mismo individuo ganaría $1 millón de dólares en la lotería, un giro del destino que esta persona no dudo en calificar como una clara dosis de buen karma.
Según informó la Lotería de Nueva Jersey, todo ocurrió el 30 de abril en la tienda Phillipsburg Paul Mart, ubicada en el condado de Warren. El protagonista, que ha decidido permanecer en el anonimato, se acercó al establecimiento con la intención de comprar unos boletos para el juego Power 20X.
Mientras esperaba en el mostrador, notó un billete de $100 dólares aparentemente abandonado. Miró a su alrededor y vio a una persona en el cajero automático y dos más haciendo fila. El hombre preguntó en voz alta: “¿Alguien dejó esto aquí?”. Nadie respondió.
En lugar de guardarlo, como muchos le sugerían, pidió un sobre al empleado de la tienda para entregar el dinero en objetos perdidos.
“Todos me miraban como si estuviera loco”, recordó. “Todos decían: ‘quédatelo'”. Aun así, su conciencia fue más fuerte.
“Siento que si tomas algo que no es tuyo, nunca recibirás lo que es realmente para ti”, explicó a los funcionarios de la lotería.
Tras dejar el billete en resguardo, compró tres boletos de Power 20X de $20 dólares cada uno, “junto con una buena dosis de buen karma”, compartió el ganador a los funcionarios de la lotería. Fue entonces cuando ocurrió lo increíble. Al raspar los boletos, uno de ellos indicaba que había ganado. Al principio pensó que era un error.
“Creí que el boleto no estaba activado”, dijo. Pero el empleado le confirmó que tenía “el boleto dorado”.
Había ganado el tercer premio más alto del juego: un millón de dólares.
“Comencé a llorar y a temblar”, contó.
También confesó que si hubiera decidido quedarse con el billete de $100 dólares, probablemente se habría marchado del lugar sin comprar los boletos.
“Realmente creo que fue una prueba de Dios”, afirmó con emoción.
Este golpe de suerte cambiará su vida. Ahora planea usar el dinero para comprar una casa modesta y un auto confiable, algo que antes le parecía inalcanzable.
Más allá de si ganamos o no una buena fortuna en la lotería, esta historia nos recuerda que las recompensas por hacer siempre lo correcto son mucho mayores que dejarlo pasar.
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