Ni la nevera ni el frutero: dónde guardar los plátanos, según los expertos
Si quieres que los plátanos duren más y mantengan su valor nutricional, olvídate de la nevera y el frutero, porque no es el lugar correcto
Al guardar tus plátanos adecuadamente, podrás disfrutarlos en su punto más delicioso y sin riesgo de que se dañen. Crédito: Yane Ruiz | Shutterstock
Ver plátanos en la nevera o apilados en un frutero junto a otras frutas es algo habitual. Pero según los expertos en conservación de alimentos, ninguno de esos lugares es el ideal. De hecho, hacerlo así puede acelerar su deterioro y afectar su sabor.
Si quieres que los plátanos duren más y mantengan su valor nutricional, es momento de cambiar de estrategia.
¿Dónde guardar los plátanos para que se conserven?
El lugar ideal para conservar plátanos es un espacio seco, con temperatura ambiente, poca luz y sin contacto con otras frutas. Una alacena ventilada o una bolsa de papel en una zona fresca puede marcar la diferencia entre comerlos en su punto o tirarlos a los pocos días.
Otro truco útil es colgarlos en un gancho para evitar que se golpeen o presionen entre sí. Al guardarlos de forma adecuada, no solo permite disfrutarlos por más tiempo, también ayuda a reducir el desperdicio de comida en casa.
Y si se pasan un poco, siempre puedes usarlos para hacer un batido o un pan casero de plátano.
¿Por qué no debes guardarlos en la nevera ni el frutero?
Aunque la refrigeración ayuda a prolongar la vida de muchos alimentos, con los plátanos sucede lo contrario. El frío altera su estructura interna, afecta su sabor y detiene su proceso de maduración de forma artificial.
Puede que tarden más en ennegrecer por fuera, pero estarán perdiendo nutrientes y textura por dentro. En pocas palabras, guardarlos en la nevera no los conserva mejor, sino que los apaga.
Asimismo, dejar los plátanos en el frutero junto a manzanas, tomates o peras tampoco es conveniente. La razón: El etileno, un gas que liberan muchas frutas al madurar, acelera el proceso de envejecimiento de los plátanos cuando están en contacto directo.
Aunque luzcan ordenados y en el lugar “correcto”, la realidad es que se maduran antes de tiempo, se ablandan y terminan en la basura.
