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Tecnología furtiva y alcance récord: así será GHOST el nuevo dron de la Fuerza Aérea

El desarrollo de este dron forma parte de un contrato de $95 millones de dólares el cual fue adjudicado a la compañía General Atomics

Se espera que la autonomía potencial de este nuevo dron sea superior a 60 horas

Se espera que la autonomía potencial de este nuevo dron sea superior a 60 horas Crédito: General Atomics | Cortesía

General Atomics está trabajando en un nuevo dron furtivo con sistema híbrido-eléctrico que promete cambiar las reglas del juego en operaciones de reconocimiento y ataque. Se trata del GHOST, una plataforma aérea no tripulada (UAS) que, aunque todavía está en desarrollo, ya genera gran expectativa por sus capacidades y su diseño. La Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) ha confiado en la empresa con un contrato de casi $95 millones de dólares para avanzar con este ambicioso proyecto.

Este dron busca destacar no solo por su capacidad de sigilo y adaptabilidad, sino por algo que hasta ahora ha sido una de las grandes limitaciones en los sistemas no tripulados convencionales: el alcance operativo. Gracias a su configuración híbrida, el GHOST podría superar con creces a sus predecesores en cuanto a autonomía y eficiencia.

Propulsión híbrida para una autonomía sin precedentes

Uno de los puntos clave del GHOST es su sistema de propulsión híbrido-eléctrico. No se trata únicamente de usar baterías o combustible: la combinación de ambos le permite extender su tiempo de vuelo hasta un nivel que hoy parece inalcanzable para drones convencionales. Se habla de una autonomía potencial de más de 60 horas, una cifra que dejaría muy atrás al ya conocido MQ-9 Reaper, que ronda las 27 horas.

La clave está en los ventiladores canalizados, una tecnología que no solo mejora el rendimiento y la eficiencia del empuje, sino que además reduce significativamente la firma acústica del dron, es decir, el ruido que genera al volar. Esto le da una ventaja táctica enorme, especialmente en entornos donde el sigilo es esencial. También se espera que este tipo de propulsión minimice las emisiones térmicas, otro factor importante para evitar su detección por sensores enemigos.

A nivel estratégico, esto permitiría a la USAF mantener vigilancia persistente sobre zonas de alto valor, realizar misiones de reconocimiento más prolongadas o lanzar ataques de precisión sin depender de bases cercanas o repostajes frecuentes. En otras palabras, más tiempo en el aire, menos exposición al riesgo.

Diseño furtivo y capacidades avanzadas

General Atomics ha optado por un diseño de ala volante para este dron, similar en concepto al del bombardero B-2 Spirit. Esta configuración no es casual: las alas volantes presentan una firma radar muy baja, haciéndolas ideales para operaciones en espacios aéreos altamente disputados. Además, este tipo de estructura ofrece ventajas aerodinámicas, lo que se traduce en menor resistencia y mayor eficiencia energética.

Otro detalle interesante es que el diseño modular del GHOST le permitirá adaptarse a distintas misiones. Es decir, se podrá configurar con diferentes sensores, cámaras, radares o incluso armamento según el tipo de operación. Así, el mismo dron podría realizar tareas de vigilancia durante un día entero y, posteriormente, ser preparado para una misión ofensiva de alta precisión.

Esta flexibilidad lo convierte en una plataforma muy atractiva para la USAF, que busca reducir costos operativos y aumentar la eficiencia al contar con vehículos más versátiles.

Un reemplazo necesario para plataformas obsoletas

Con aviones como el U-2 Dragon Lady acercándose a su retiro definitivo y con los RQ-4 Global Hawk ya en retirada, la Fuerza Aérea necesita urgentemente nuevas plataformas ISR (inteligencia, vigilancia y reconocimiento) capaces de operar en escenarios modernos. El GHOST se perfila como una solución ideal: un sistema no tripulado que ofrece alta autonomía, capacidad de sigilo y versatilidad táctica.

Además, su menor costo de operación comparado con aviones tripulados podría hacer que sea una pieza clave en futuras estrategias de defensa aérea. La capacidad de operar sin poner en riesgo a un piloto humano siempre será un argumento fuerte a favor de este tipo de tecnología.

El futuro del combate aéreo claramente está yendo hacia lo autónomo, silencioso y versátil, y el GHOST es prueba de ello. Aunque aún no hay fechas oficiales para su entrada en servicio, el hecho de que ya haya contratos y pruebas iniciales en marcha indica que este dron podría estar volando más pronto de lo que muchos creen.

Por ahora, habrá que esperar a ver qué tanto de esta promesa tecnológica se convierte en realidad. Pero si algo queda claro, es que General Atomics está apostando fuerte por un dron que quiere ser invisible, imparable y casi incansable.

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