Qué son las monedas de descarte y su valor en el mercado

Las llamadas monedas de descarte están lejos de ser las favoritas de los coleccionistas exigentes, pero eso no significa que carezcan de valor o interés. Este tipo de monedas, conocidas en inglés como cull coins, son piezas muy gastadas o dañadas que no cumplen con los estándares comunes de calidad para el coleccionismo numismático. A pesar de su estado, pueden tener utilidad y cierto valor en el mercado, especialmente para quienes buscan ahorrar, crear arte o comenzar una colección con bajo presupuesto.

Una moneda de descarte suele tener desgaste extremo. Algunas pierden detalles fundamentales como la fecha, las letras del borde o incluso partes del diseño principal. Otras han sido limpiadas de forma agresiva, presentan cortes profundos o han sido corroídas por el paso del tiempo. Aun así, estas piezas siguen circulando entre coleccionistas y comerciantes, especialmente por su contenido metálico o valor simbólico.

Entre las monedas más comunes en esta categoría se encuentran los centavos de acero de 1943, fácilmente corroídos por la exposición al aire al perder su recubrimiento de zinc. Estas monedas oxidadas valen apenas entre 1 y 2 centavos.

Otro ejemplo son los Buffalo nickels sin fecha, que pierden este dato clave debido al diseño elevado en su anverso. A pesar de ser históricos, estos níqueles apenas alcanzan un valor de 25 a 50 centavos.

Algo similar ocurre con los Standing Liberty quarters previos a 1925 (monedas de 25 centavos de la Libertad de pie). Estos también pierden la fecha con facilidad, lo que reduce su valor, aunque algunos ejemplares, especialmente los del tipo I, pueden llegar a venderse entre $5 y $7 dólares.

Las monedas de plata anteriores a 1965, como dimes (10 centavos), quarters (25 centavos) y half dollars (50 centavos), también se venden como descarte si están demasiado gastadas. Su precio suele estar vinculado directamente al valor del metal precioso que contienen.

Por ejemplo, una moneda de medio dólar Walking Liberty en estado de descarte puede valer entre $6 y $8 dólares, mientras que un dólar de plata Morgan común en malas condiciones se vende por unos $2 a $3 dólares sobre su valor de fundición. Según las condiciones del mercado, y con la plata alrededor de los $15 dólares por onza, los valores pueden variar.

Entonces, ¿por qué alguien compraría monedas tan deterioradas? Hay varias razones. Primero, son mucho más accesibles que las monedas en buen estado. Esto permite a nuevos coleccionistas completar álbumes con menos inversión. También existen los llamados low-ball sets, colecciones que destacan precisamente por tener los ejemplares más deteriorados posibles.

Otro motivo popular es la creación de arte o joyería con monedas. Las piezas sin valor numismático significativo se convierten en materia prima para colgantes, pulseras o incluso rompecabezas metálicos. Además, los inversionistas en metales preciosos suelen adquirir monedas de descarte con alto contenido en plata, como los junk silver coins, para acumular metal a precios bajos.

Aunque muchas monedas de descarte valen poco, algunas pueden tener un valor sentimental incalculable. Tal es el caso de los llamados pocket pieces, monedas que una persona ha llevado consigo durante años y que, a pesar de su estado, se conservan como recuerdos familiares.

Quienes manejan este tipo de piezas deben tener cuidado al vender o adquirir monedas de descarte. No todas son una buena inversión, y su valor depende de factores como la rareza, el metal y la demanda. Antes de desecharlas o venderlas por monedas, es útil consultar a un comerciante profesional o investigar su posible interés en el mercado.

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