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39% de los estadounidenses cree que todos los alimentos procesados son dañinos

Un estudio reciente muestra que los consumidores descartan productos saludables, como la avena o el muesli, por estar mínimamente procesados

Alimentos procesados

A juicio de investigadores, la poca capacidad que demostraron los participantes para distinguir los alimentos procesados saludables de los perjudiciales , indica que hay una “falla importante” en la educación nutricional  Crédito: Tony Gutiérrez | AP

Una encuesta difundida recientemente reveló que 4 de cada 10 adultos estadounidenses (el 39% de los participantes), califican todos los alimentos procesados como dañinos, sin hacer distinciones entre los diferentes niveles o tipos de procesamiento y sin conocer el impacto real que tienen estos productos en su salud. 

El sondeo realizado por Morning Consult entre el 13 y el 15 de diciembre de 2024, con una muestra representativa de 2.174 personas, fue solicitado por el Comité de Médicos por una Medicina Responsable (PCRM, por sus siglas en inglés), como parte de una investigación que explora la percepción pública sobre los alimentos procesados y su relación con enfermedades crónicas como la diabetes tipo II. 

Los resultados del estudio publicado en la revista JAMA Open Network muestran que  los consumidores subestiman los factores de riesgos asociados a la ingesta de grasas saturadas

A juicio de los investigadores, la poca capacidad que demostraron los participantes para distinguir los alimentos procesados saludables de los perjudiciales , indica que hay una “falla importante” en la educación nutricional.  

“Agrupar bajo una misma etiqueta alimentos como el muesli o la avena con productos como las salchichas o el tocino crea un mensaje nutricional distorsionado”, advirtió el Dr. Neal Barnard, presidente del PCRM.

El estudio cita investigaciones  que asocian el consumo frecuente de carnes procesadas con un aumento del 44 % en el riesgo de desarrollar diabetes tipo II. Sin embargo, esta relación es poco reconocida por el público: menos del 1 % de los encuestados identificó las carnes procesadas como un factor de riesgo para la diabetes.

Cuando se le preguntó a los participantes qué tipo de alimentos o nutrientes aumentan el riesgo: la mayoría  (51 %) mencionó el azúcar, un 19 % señaló los postres y solo el 7 % culpó a los carbohidratos en general.

Aunque el consumo excesivo de azúcar es un problema bien documentado, los investigadores señalan que la atención exclusiva en ese componente puede ocultar otros factores más peligrosos, especialmente en dietas altas en grasas saturadas y carnes curadas.

Uno de los hallazgos más importantes del estudio es que algunos alimentos procesados de origen vegetal además de no ser perjudiciales, pueden tener efectos protectores frente a enfermedades crónicas.

Otros trabajos citados por los investigadores, refuerzan que el consumo de avena o muesli se asocia con una menor mortalidad por enfermedades cardiovasculares y cáncer. Sin embargo, estos productos suelen ser descartados por consumidores que los perciben como “procesados”.

El informe también menciona los resultados de ensayos clínicos anteriores  que vinculan la grasa saturada con la resistencia a la insulina, un precursor clave de la diabetes tipo II. Según uno de los estudios citados, una dieta rica en grasas saturadas redujo la sensibilidad a la insulina en solo cuatro semanas, aún sin provocar aumento de peso.

Este hallazgo contradice la percepción común de que los riesgos metabólicos solo aparecen con la obesidad o el alto consumo de azúcar. Los autores alertan que este tipo de grasa, presente en muchas carnes y productos lácteos, tiene un impacto directo en el metabolismo de la glucosa, incluso en personas con peso corporal normal.

Frente a esta evidencia, los autores del estudio proponen que las políticas de salud pública revisen la forma en que se habla de los alimentos procesados. En lugar de condenar el “procesamiento” como un todo, instan a diferenciar según el tipo de ingrediente, su composición nutricional y su impacto demostrado en la salud.

“La gente necesita saber que no todos los alimentos procesados son iguales. Algunos deben evitarse, otros deben promoverse”, concluye Barnard.

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