Un hombre festeja el premio de lotería de $2 millones creyendo que era de otro

Para muchas personas, el ser humano es egoísta. Salvo que sean tus familiares y amigos, es muy difícil que se sienta felicidad por los triunfos ajenos. No para un hombre en Virginia. Cuando se enteró de que en una tienda cercana habían vendido un boleto de lotería ganador de $2 millones de dólares, se sintió contento por ese desconocido, sin saber en esos momentos que se trataba de él mismo. Una situación casi karmática.

John Willis, el protagonista de esta historia, casi deja pasar su gran momento por completo al olvidar que había comprado un boleto ganador. Adquirió su ticket para el sorteo del 19 de abril en una pequeña tienda local. Tras la rifa, escuchó que el billete premiado había sido vendido en ese mismo lugar.

“¡Oye, alguien ganó en esa bodega!”, recordó entre risas, al ir a recoger su premio a las oficinas de la Lotería de Virginia. En esos momentos, no imaginaba que estaba festejando su propia suerte.

Días después, su novia le recordó que él había comprado un boleto ahí mismo. Fue entonces cuando decidió buscarlo y verificar los números. Al hacerlo, se llevó la sorpresa de su vida: había acertado los primeros cinco números del sorteo de Mega Millions. Eso le valió un premio de un millón de dólares. Pero gracias a que había pagado un dólar extra por la opción “Megaplier”, sus ganancias se duplicaron a $2 millones de dólares.

Willis usó la modalidad “Easy Pick”, que selecciona los números de forma aleatoria. Aquel día, la probabilidad de ganar un premio de esa magnitud era de 1 entre 12.6 millones. A pesar de esas cifras astronómicas, logró vencer las estadísticas.

Lo único que le faltó para llevarse el premio mayor fue acertar el número adicional conocido como el Mega Ball. Si lo hubiera hecho, habría ganado el bote total, que en ese momento alcanzaba los $70 millones de dólares.

Es válido ser distraído u olvidadizo. Pero cuando se trata de un premio de lotería, hay que estar enfocados y seguros sobre qué sorteos jugamos. En esta historia, si no es por su pareja, es posible que Willis hubiera perdido una ganancia, pasando de la dicha a la desgracia.

La lección: siempre revisa tus boletos, incluso si crees que no ganaste.

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