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Padres e hijos nayaritas se reencuentran tras décadas de separación

Más de 60 padres se reunieron con sus hijos en Los Ángeles en un evento cargado de emociones

Padres e hijos se abrazan efusivamente al reencontrarse tras décadas de separación.

Padres e hijos se abrazan efusivamente al reencontrarse tras décadas de separación. Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Los agresivos operativos migratorios que se han desarrollado en California en el último mes, no impidieron que padres e hijos se reencontraran en Los Ángeles tras décadas de separación en una reunión por demás conmovedora en la que abundaron los abrazos fuertes, las lágrimas y los besos.

A diferencia de otras reunificaciones, dada la situación migratoria que se vive, los organizadores pidieron a los hijos que están indocumentados que no se presentaran y en su lugar mandaran a un familiar con estatus migratorio regular.

“La gente lo entendió perfectamente, porque la acción de las autoridades federales está fuera de nuestro control, y queremos protegerlos y asegurar que este momento tan especial se viva sin riesgos”, dijo la maestra Paloma Tlaxca, voluntaria del programa Uniendo Familias Nayaritas, que hizo posible el estremecedor acercamiento de padres e hijos.

“Hemos logrado reunir a más de 60 papás y mamás, mayores de 60 años con sus hijos a los que no habían podido ver durante décadas debido a la falta de papeles”, explicó.

La maestra Paloma Tlaxca junto algunos de los padres que se reunificaron sus hijos a través del programa Uniendo Familias Nayaritas.
Crédito: Jorge Valdez | Cortesía

Los padres viajaron en un vuelo directo desde Tepic, Nayarit hasta Los Ángeles, y se reencontraron con sus hijos en las instalaciones de la Iglesia católica Santa Frances Xavier Cabrini cerca del Aeropuerto Internacional de Los Ángeles.

“Este evento lo organiza el programa Uniendo Familias Nayaritas fundado fundado por la nayarita Nerida Vargas en 2018, quien es su directora, y se inspiró en otros programas de reunificación de familias como el creado por la Federación Zacatecana para ella también traer a padres y madres de Nayarit a reunirse con sus hijos en Los Ángeles”.

Nayarit es un estado situado en el oeste de México, que colinda al norte con los estados de Sinaloa, Durango, al este con Zacatecas y al sur con Jalisco; y es uno de los principales estados de donde han salido más inmigrantes hacia Estados Unidos.

Celia Salazar, Andrés y Esperanza y la maestra Paloma Tlaxca, organizadores del evento de la reunificación de padres e hijos nayaritas.
Crédito: araceli martínez ortega | Impremedia

La maestra Tlaxca dijo que desde 2018 han logrado que el gobierno estadounidense apruebe 450 visas de turista para que los padres puedan venir a ver sus hijos que viven en Estados Unidos, y no pueden viajar a México.

 “En esta ocasión, tenemos a unos padres que no han visto a sus hijos en 39 años, y otros durante 35. El requisito mínimo para que puedan calificar para el programa es que no se hayan visto a sus hijos en diez años”, precisó.

Reveló que los gastos de la visa y la transportación corre a cargo de los hijos; pero el programa no les cobra nada por llenarle la solicitud para la visa y apoyarlos con todos los trámites.

“Para este viaje, las visas se tramitaron en abril ya cuando Trump era presidente, y no se tuvo ningún problema para obtenerlas. Se siguieron los protocolos y todo se hizo al pie de la letra”.

La maestra Paloma Tlaxca entrega a Andrés Estrada un reconocimiento por el apoyo dado para la reunificación de padres e hijos nayaritas.
Crédito: Paloma Tlaxca | Cortesía

Dijo que los padres estarán durante tres semanas en Estados Unidos, y regresarán todos juntos a México, en un vuelo el 20 de agosto.

“Vienen de diferentes municipios de Nayarit como Rosamorada, Bahía de Banderas, Acaponeta, Tecuala, Club Social Pericos, Ruiz, Acaponeta, Tetitlán”.

La maestra Tlaxca dijo que todo el grupo de voluntarios que participan en el programa, se sienten muy satisfechos.

Este es un reencuentro muy esperado. Muchas familias han podido volver a verse y abrazarse después de tantos años en estos momentos tan vulnerables. Así que la alegría es doble”.

Las hermanas Cristina y Paola García se reúnen con sus padres María Sandoval y Pablo García.
Crédito: araceli martínez Ortega | Impremedia

Las hermanas Cristina y Paola García apenas podían contener la emoción al abrazar a sus padres Pedro García y María Sandoval. Cristina tenía 34 años sin ver a los seres que le dieron vida, mientras que Paola llevaba 18 años sin verlos.

“Pensé que nunca los volvería a ver, y que yo regresaría en una caja de muertos a Nayarit”, dice Cristina, arropada por el sentimiento.

María, la madre, reveló sentirse contenta, alegre e ilusionada por el encuentro y las tres semanas que convivirá con sus hijas y nietos.

“No dormí en toda la noche pensando en el momento de verlas. Me imaginé este instante por mucho tiempo”, dice esta mamá, quien planea darle a sus hijas mucho amor y cariño durante los días que estará a su lado.

Cristina García conforta a su padre Pablo García quien llora emocionada al verla a ella y a su otra hija Paola García.
Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

María y Pedro, originarios de La Boquita, Nayarit, van a conocer en persona a sus cinco nietos, y se reunirán con otra hija que no pudo llegar al evento de reunificación familiar.

Pedro, a quien la amputación de un pie, no le impidió viajar en silla de ruedas a Los Ángeles para reunirse con sus hijas, dijo que se sentía invadido por la emoción y la tristeza.

“Me siento triste porque no puedo caminar, pero aún así aquí estoy para ver a mis hijas”, dice este progenitor con la voz cortada por el llanto.

Emily Martínez Robles abraza a su tía Silvia Martínez Velásquez.
Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

El hijo de Silvia Martínez Velásquez no pudo venir a recogerla, pero quien acudió feliz a recibirla fue su sobrina Emily Martínez Robles, hija de padres inmigrantes y estudiante de la Universidad de California en Berkeley.

“Debido al peligro que hay ahorita, mi hijo no vino; en cambio, mi sobrina Emily nació aquí y ella no corre ningún riesgo”, dice Silvia, quien lleva 24 años de no ver a su hijo.

“No lo veo desde que se vino a Estados Unidos cuando tenía 17 años. Ahora anda en los 42 años y es padre de cuatro hijos”, dijo la madre, por demás entusiasmada ante la proximidad del encuentro con su hijo.

“Antes de verlo, voy a ver a mi hermano en Fresno, el papá de Emily; y de ahí, ellos me van a subir a un avión que me llevará al estado de Oregón donde está mi hijo Luis”, dijo.

Emily Martinez junto a su tía Silvia Martínez.
Crédito: Araceli Martínez | Impremedia

Después de pasar 12 días junto a su hijo, se reunirá con otra hermana en San Diego, a la que tampoco ha visto por años.

“Mi hijo trabaja en una ordeña en Oregon; y me dice ‘ay ama, no sé que voy hacer cuando la vea’. Yo creo que vamos a estar chillando los dos”.

Silvia cuenta que durante los días que convivirá con su hijo, le hará sus comidas favoritas.

“Él siempre me está diciendo, ‘te acuerdas cuando me hacía esto y aquello’. Así que ahora le voy a preparar todo lo que le gusta; y a ver si así, lo hago subir unos kilos porque está muy flaco”.

Emily de 21 años, la sobrina que vino por su tía, dijo que ella se ofreció a recogerla, considerando todo lo que está pasando con las redadas de migración.

“Con todas las cosas deprimentes que estamos viviendo, y cuando uno ve los videos de las redadas, se pone triste, pero esta reunificación de papás e hijos se siente muy bonita y me emociona, y yo ocupo esa energía positiva”, dijo.

Lucia de la Rosa viajará a Texas para reunirse con su hijo.
Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Sus 83 años no le impidieron a Lucia de la Rosa Ruelas viajar a Los Ángeles para reencontrarse con su hijo a quien no ha visto por 23 años.

“No sé qué va a pasar conmigo. Estoy mucho muy emocionada”, confesó.

Su hijo Alonso de 55 años no pudo venir a verla no solo por su situación migratoria sino porque vive en Texas hasta donde Lucía viajaría este sábado para reunirse con él durante tres semanas.

“¡Quiero abrazarlo, apapacharlos, llorar con él! No sé. Tantas cosas”, exclamó.

Amada Zarate se reúne con su hija Luz Bernal y su nieto Oscar Valdez.
Crédito: Araceli Martínez Orteg | Adobe Stock

Luz Bernal y su hijo Óscar Valdez se fundieron en un largo abrazo con la madre y abuela Amada Zárate. 

“No hay palabras para describir como nos sentimos. Hay tristeza, felicidad y agradecimiento a Dios por la oportunidad de volvernos a encontrar después de tanto tiempo”, dijo Luz, sin soltar a su madre, quien agregó que solo quiere disfrutar a su hija y a sus nietos.

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