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La guerra interna del Cártel de Sinaloa pasó de las calles a las Cortes de EE.UU.

Tanto “El Mayo” Zambada como Ovidio Guzmán podrían brindar información valiosa de sus rivales a cambio de beneficios

Ovidio Guzmán y El Mayo Zambada

Los fiscales federales estarían utilizando la información brindada por cada facción para atacar al otro bando. Crédito: Agencia Reforma

La aceptación de culpabilidad de Ismael “El Mayo” Zambada ante una corte federal en Nueva York abre un frente judicial que transforma la estructura del crimen organizado en México, en especial dentro del fragmentado Cártel de Sinaloa.

De acuerdo con David Saucedo, analista en temas de seguridad, el acuerdo que Zambada está por formalizar con las autoridades de Estados Unidos podría convertirse en un arma para debilitar a su facción rival dentro del propio cártel: Los Chapitos.

“El interés de las agencias estadounidenses es obtener información sensible de cada grupo rival. Lo que diga uno será utilizado contra el otro”, señaló Saucedo en entrevista con Radio Fórmula. Según el experto, esa dinámica erosionará progresivamente al Cártel de Sinaloa desde adentro.

La comparecencia de Zambada está prevista para el próximo lunes ante el juez Brian Cogan, quien podría dar hasta seis meses para dictar sentencia, tiempo en el cual el capo deberá probar su valor como testigo cooperante. La colaboración incluiría entregar datos relevantes sobre la estructura, operaciones, redes de corrupción y aliados financieros de organizaciones criminales.

“El Mayo ya no tiene nada que perder, pero sí mucho que negociar”, sostuvo Saucedo. Añadió que este giro legal es reflejo de una nueva lógica de poder dentro del crimen organizado: “Los tribunales federales de Estados Unidos se han convertido en el nuevo campo de batalla del Cártel de Sinaloa”.

División interna se traslada a tribunales

Zambada, fundador y líder histórico del cártel, se encuentra enfrentando un proceso judicial en un contexto de profunda crisis interna. Su organización, conocida como “La Mayiza”, mantiene una disputa abierta con la facción de Los Chapitos, liderada por Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.

Ambos bloques han comenzado a litigar su poder no solo en las calles, sino en las cortes estadounidenses. Ovidio Guzmán López, también hijo de El Chapo, ya se declaró culpable en julio ante una corte de Chicago y coopera con las autoridades a cambio de una eventual reducción de sentencia. Su hermano Joaquín Guzmán López estaría negociando un acuerdo similar.

“La batalla por el control del cártel ahora es jurídica. Cada líder coopera con el gobierno de EE.UU. para salvarse, proteger a los suyos y golpear a sus enemigos”, explicó Saucedo.

Los fiscales federales estarían utilizando la información brindada por cada facción para atacar al otro bando, una estrategia que podría reconfigurar los equilibrios dentro del crimen organizado. Además, Los Chapitos habrían conseguido que al menos 17 familiares se refugiaran en EE.UU. como parte de los beneficios por su colaboración.

Sin pena de muerte, pero con presión

La salud deteriorada de Zambada, sumada a la decisión del Departamento de Justicia de no solicitar la pena de muerte, aumentan las probabilidades de que busque una sentencia que le permita mejores condiciones en prisión, donde probablemente pase el resto de su vida.

Según Mike Vigil, exdirector de operaciones internacionales de la DEA, la estrategia del capo se centra en entregar información valiosa a cambio de una condena que le asegure calidad de vida durante sus últimos años.

Mientras tanto, Saucedo advierte que el proceso también busca asegurar beneficios para el entorno familiar de Zambada, incluyendo su hijo, Ismael Zambada Sicairos, alias “Mayito Flaco”, quien aún se encuentra libre y operando en México.

“Cada declaración, cada dato que se entregue en corte, puede modificar alianzas, quebrar pactos y exponer a políticos, empresarios, policías y operadores financieros. Es el nuevo ajedrez del narco”, concluyó el especialista.

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