Hombre de 60 años le pidió consejos de nutrición a ChatGPT y acabó con una rara enfermedad: bromismo
Un hombre de 60 años terminó con bromismo, una rara y antigua enfermedad, tras seguir un consejo de ChatGPT para sustituir la sal en su dieta

El hombre mayor le consultó a ChatGPT por alternativas para reducir el consumo de sal. Crédito: Bongkarn Graphic | Shutterstock
Es innegable que la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta cotidiana para resolver dudas rápidas, desde cómo organizar un viaje hasta qué alimentos conviene incluir en la dieta. Sin embargo, no siempre es seguro seguir sus recomendaciones al pie de la letra.
Así lo demuestra el caso de un hombre británico, de 60 años, quien terminó desarrollando bromismo, una enfermedad poco común, después de consultar a ChatGPT cómo reducir el consumo de sal en sus comidas.
El paciente, preocupado por su salud, pidió a la IA una alternativa a la sal común, con el objetivo de reducir el consumo de sodio. La respuesta fue sorprendente: bromuro de sodio, un compuesto químico que dejó de usarse en la cocina hace más de 35 años y que es perjudicial para el organismo, de acuerdo con la revista Annals Of Internal Medicine.
Actualmente, el bromuro solo se emplea en el mantenimiento de piscinas. Pese a tratarse de una sustancia tóxica, el hombre confió en la recomendación y la consumió de manera constante durante tres meses.
Con el tiempo, comenzó a sufrir síntomas como fatiga, insomnio, acné, sed excesiva y problemas de coordinación motora. También su estado mental se deterioró: desarrolló episodios de paranoia que obligaron a ingresarlo en un centro psiquiátrico.
Tras una serie de exámenes, los médicos concluyeron que padecía bromismo, una intoxicación que se consideraba casi erradicada en el siglo XXI.
Origen del bromismo
Esta enfermedad fue común entre los siglos XIX y XX, cuando se recetaban sales de bromuro para tratar dolores de cabeza, epilepsia y ansiedad. Durante décadas, miles de pacientes sufrieron efectos secundarios graves.
En su punto más alto, hasta un 8% de las hospitalizaciones psiquiátricas estaban vinculadas al consumo de bromuro. Finalmente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) prohibió su uso, cerrando esa etapa de la medicina.
En el caso de este paciente británico, la rápida intervención médica fue clave. Gracias a una terapia intensiva con fluidos intravenosos y corrección de electrolitos, el hombre mejoró en apenas tres semanas.
Aunque logró recuperarse, se llevó un recordatorio valioso: la IA no sustituye la opinión médica profesional. Y al no haber preguntado sobre los riesgos del bromuro, la máquina tampoco advirtió sobre su peligrosidad.
