Por qué Ucrania quiere Tomahawks y por qué Rusia los teme
El presidente estadounidense Donald Trump no ha descartado el envío de misiles Tomahawk de largo alcance a Kiev

El misil de largo alcance Tomahawk ya ha puesto en problemas antes a la defensa aérea de Rusia. Crédito: Deutsche Welle
Últimamente, los misiles Tomahawk estadounidenses se han convertido en un tema importante en Washington, Kiev y Moscú. Donald Trump ya no descarta suministrar estas armas a Ucrania si Rusia se niega a alcanzar una solución pacífica a la guerra.
En Kiev existe el convencimiento de que los misiles de largo alcance pueden ayudar a lograr la paz. Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, dijo el pasado 12 de octubre que, en el caso de que EE. UU. suministrara a Ucrania los Tomahawk, solo atacarían con ellos objetivos militares en Rusia.
Por su parte, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha dicho que los misiles Tomahawk no suponen una amenaza grave, aunque sí consideró que el suministro de dichos misiles a Ucrania supondría “una etapa absoluta y cualitativamente nueva en la escalada” entre Washington y Moscú. Y su portavoz, Dmitri Peskov, subrayó en una entrevista en la televisión estatal rusa que los posibles suministros de Tomahawk a Ucrania son motivo de “extrema preocupación” en Moscú.
Se prevé que Zelenski se reúna con Trump el viernes 17 de octubre de 2025 en Washington. El presidente ucraniano ha revelado que la conversación en la Casa Blanca versará sobre la defensa aérea y las armas de largo alcance.
Así son los Tomahawk
Un misil Tomahawk es un misil de crucero subsónico de gran alcance, altamente preciso, tanto estratégica como tácticamente. Se fabrica en muchas variantes, incluyendo diferentes ojivas, entre ellas nucleares. Se puede lanzar desde diferentes plataformas.
“El Tomahawk es bastante antiguo, su desarrollo comenzó en la década de 1970. Originalmente, los estadounidenses lo desarrollaron como misil portador de armas nucleares en tres versiones: aerotransportado (para bombarderos), terrestre y marítimo”, explica a DW el experto militar ucraniano Konstiantyn Krivolap. El misil tenía originalmente un alcance de hasta 2,500 kilómetros. Cuando la ojiva nuclear fue sustituida por una convencional, se decidió que un alcance de 1,600 kilómetros y un peso de la ojiva de unos 450 kilos eran suficientes. Aun así, sigue habiendo misiles que pueden alcanzar una distancia de 2,500 kilómetros, subraya Kryvolap.
Según Kryvolap, los misiles Tomahawk terrestres y sus rampas de lanzamiento fueron eliminados tras la firma del tratado sobre la eliminación de misiles de alcance intermedio y corto entre Estados Unidos y la Unión Soviética (Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio o INF, por sus siglas en inglés), en 1987. Después de que Estados Unidos se retirara de este tratado en 2019, durante el primer mandato de Donald Trump, fueron restauradas muchas rampas de lanzamiento. Kryvolap cree que lo que Ucrania necesita ahora son misiles Tomahawk terrestres.
“Lo más importante de este misil es su capacidad para volar a muy baja altura. Es el que mejor aplica los avances técnicos disponibles para el escaneo del terreno por parte de un misil de crucero”. Se trata del misil de crucero convencional, es decir, no nuclear, con mayor alcance en Occidente.
Por qué los Tomahawk serían un problema para el Kremlin
Desde 1983, Estados Unidos ha utilizado repetidamente Tomahawk en operaciones militares, por ejemplo, en Irak, Libia y Siria. Andriy Kovalenko, del Centro de Lucha contra la Desinformación del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania, señala que los misiles de largo alcance Tomahawk alcanzaron con éxito objetivos de la defensa aérea rusa durante los combates en Siria en 2017 y 2018.
Según él, un Tomahawk vuela con un sistema de navegación complejo que, una vez detectado por el radar, solo deja al enemigo unos segundos para reaccionar. “Los sistemas rusos cubrían entonces los objetivos sirios, pero sin éxito. Los Tomahawk son especialmente eficaces cuando se lanzan en paquetes. La sobrecarga de la defensa aérea aumenta las posibilidades de éxito. Los sistemas rusos S-400 o Panzir son débiles contra los Tomahawk”, explica Kovalenko.
La experiencia con el misil Tomahawk y sus características a larga distancia permitirían a las Fuerzas Armadas ucranianas alcanzar objetivos militares importantes en Rusia a una distancia de 1.600 kilómetros, dice a DW Oleh Katlov, experto en armamento y redactor jefe del portal militar Defense Express.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en Estados Unidos, también opina que Ucrania podría utilizar misiles Tomahawk para dañar considerablemente o incluso destruir importantes instalaciones militares en territorio ruso, como la fábrica de drones de Yelabuga, en la república de Tartaristán, o la base aérea de Engels-2, en la región de Sarátov. Desde allí, Rusia lanza bombarderos estratégicos que disparan misiles de crucero aéreos en ataques combinados masivos contra Ucrania. En total, el ISW calcula que hay entre 1.600 y 2.000 objetivos militares en Rusia que podrían ser alcanzados por los Tomahawk.
Los suministros de Tomahawk como señal a Putin
Si Trump decidiera suministrar estas armas a Ucrania, sería una consecuencia directa del rechazo de Putin a cualquier propuesta de paz de Trump, opina John E. Herbst, director sénior del Centro Eurasia del Atlantic Council y exembajador de Estados Unidos en Ucrania.
“La histeria del Kremlin ante la posibilidad de que se suministren estas armas a Ucrania demuestra que es algo que podría influir en la política de Putin”, explica el experto a Deutsche Welle. Aunque cree que los misiles Tomahawk difícilmente decidirían el resultado de la guerra, considera que podrían enviar una señal a Putin y animar al Kremlin a entablar negociaciones de paz.
Sigue leyendo:
Putin acusa a Kiev de “juego peligroso” por ataques Zaporiyia
Merz pide a Trump que use su influencia para también poner fin a la guerra en Ucrania
Cómo Ucrania convirtió los ataques contra plantas petroleras rusas en una táctica de guerra