Aunque son de la misma familia: suplementos de vitamina D2 pueden canibalizar la vitamina D3, ¿esto qué provoca?
La deficiencia de vitamina D puede causar una variedad de síntomas que afectan tanto a huesos como a músculos y al bienestar general

Cápsulas de aceite para complementos alimenticios, con alto contenido de vitamina D. Crédito: Regina Nogova | Shutterstock
Conocer el desempeño de la familia de la vitamina D es fundamental, por su importancia, pero a la vez por lo difícil que resulta hallarla en la dieta regular. Investigadores de la Universidad de Surrey, en Reino Unido, han publicado un estudio que sugiere que el uso de suplementos de vitamina D2 podría reducir los niveles de vitamina D3 en el cuerpo, lo que genera preocupaciones sobre su efectividad.
La vitamina D3 se produce naturalmente con la exposición al sol y se encuentra en productos de origen animal, mientras que la D2 proviene de fuentes vegetales y fúngicas. Siendo la vitamina D3 la más efectiva para estimular el sistema inmunológico, siendo crucial en la defensa contra enfermedades virales y bacterianas.
Este estudio, publicado en Nutrition Reviews, fue realizado en colaboración con el Centro John Innes y el Instituto Quadram Bioscience en Norwich.
¿Suplementa una y reduce otra?
Los autores llegaron a esta determinación analizando 11 ensayos controlados aleatorios que incluyeron 655 adultos, que mostraron que las personas que tomaban suplementos de vitamina D2 tenían menos vitamina D3 que aquellos que no tomaban D2, recoge un comunicado de prensa de la universidad.
Los expertos subrayan que los suplementos de vitamina D son esenciales, especialmente en meses de poca luz solar, y sugieren una preferencia por la vitamina D3.
La vitamina D2 y D3 son estructuralmente similares, pero la vitamina D2 se diferencia por un grupo metilo adicional unido al carbono 24 y un doble enlace entre los carbonos 22 y 23, recuerda el estudio.
Deficiencia de vitamina D
La deficiencia de vitamina D puede causar una variedad de síntomas que afectan tanto a huesos como a músculos y al bienestar general. Entre los síntomas más comunes están el dolor muscular y óseo, la debilidad muscular, fatiga, y en casos graves, problemas óseos como raquitismo en niños y osteomalacia en adultos.
Esta carencia afecta la absorción de calcio y fósforo, lo que puede llevar a huesos débiles, deformidades óseas, y mayor riesgo de fracturas, especialmente en personas mayores. Puede provocar calambres musculares, espasmos, dolor en articulaciones y fatiga crónica.
También su deficiencia se ha asociado con síntomas psicológicos como depresión, cambios de humor y problemas cognitivos, así como con un sistema inmunológico debilitado que aumenta la susceptibilidad a infecciones.
En adultos, la deficiencia puede pasar desapercibida hasta que se vuelve grave, y puede manifestarse con dolor en la espalda, caderas y piernas. Por último, algunas mujeres embarazadas con deficiencia pueden pasar esa condición a sus recién nacidos, que podrían presentar espasmos o convulsiones.
Es fundamental detectar y tratar esta deficiencia para evitar complicaciones graves y mantener la salud ósea y muscular, así como el bienestar general. Se recomienda consultar al médico para análisis y diagnóstico si se presentan estos síntomas.
Alimentos ricos en vitamina D3
Los alimentos ricos en vitamina D3 incluyen principalmente pescados grasos como el salmón, la trucha, el atún, el arenque, la caballa y las sardinas, que aportan cantidades significativas de esta vitamina. También destaca el aceite de hígado de bacalao, que con una sola cucharada puede cubrir las necesidades diarias.
Otros alimentos importantes son los mariscos, especialmente las ostras, gambas o almejas; los huevos (sobre todo la yema); y los lácteos enteros como la leche, yogures, mantequilla y quesos grasos como el gouda o parmesano.
Se recomienda consumir estos alimentos para aumentar la ingesta de vitamina D3 y, si se opta por lácteos desnatados, es mejor que estén enriquecidos con esta vitamina, ya que la vitamina D es liposoluble y se encuentra en la grasa.
Para incorporarlos en la dieta diaria, se pueden incluir filetes de salmón o atún en las comidas principales varias veces por semana, usar huevos en desayunos o ensaladas, añadir queso parmesano rallado a los platos, y consumir yogures enteros o leche enriquecida en las meriendas o desayuno.
El aceite de hígado de bacalao puede tomarse en cucharadas o cápsulas como suplemento natural. Los mariscos se pueden preparar en aperitivos o platos principales.
Limitaciones del estudio
Los hallazgos del estudio enfrentan ciertas limitaciones, como la variabilidad en los ensayos controlados y la influencia de factores externos, lo que requiere más investigación para validar los resultados.
La necesidad de más estudios es crucial para determinar las diferencias en los efectos de ambas formas de vitamina D y ajustar las recomendaciones médicas en consecuencia.
También te puede interesar: