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Fijan ejecución para acusado de asesinar a un hombre y escribir un mensaje a la policía con sangre de la víctima

Stephen Bryant asesinó a un hombre, le quemó los ojos con cigarrillos y escribió, "Atrápenme si pueden" en la pared

Stephen Bryant

Los abogados defensores afirmaron que Bryant vivía atormentado por abusos sexuales sufridos en su infancia. Crédito: S.C. Department of Corrections | Cortesía

Un recluso de Carolina del Sur que asesinó a un hombre, le quemó los ojos con cigarrillos y escribió “Atrápenme si pueden” en la pared con la sangre de la víctima será ejecutado el próximo mes, más de dos décadas después del crimen que conmocionó al condado de Sumter.

La Corte Suprema estatal emitió la orden de ejecución para Stephen Bryant, quien será ejecutado en noviembre. El tribunal rechazó una solicitud de sus abogados para posponer el proceso debido al cierre del gobierno federal, que afecta el trabajo de los defensores públicos federales.

Bryant fue condenado por el asesinato de Willard “TJ” Tietjen en octubre de 2004. Según los fiscales, también confesó haber matado a otros dos hombres en circunstancias similares: los recogió en su automóvil y les disparó por la espalda cuando se detuvieron a orinar en caminos rurales.

Detalles del crimen

Bryant llegó a la casa aislada de Tietjen alegando problemas mecánicos. Le disparó varias veces, encendió velas alrededor de su cuerpo y utilizó una agarradera hecha por la hija de la víctima para escribir un mensaje en la pared con sangre: “Víctima 4 en 2 semanas. Atrápenme si pueden”.

Kimberly Dees, hija de Tietjen, testificó que intentó comunicarse varias veces con su padre sin éxito. En la sexta llamada, una voz desconocida contestó. “Le dije: ‘Esto no es gracioso, ¿quién eres tú?’. Él respondió: ‘Soy el merodeador'”, declaró ante el juez que dictó la sentencia de Bryant.

El caso generó pánico en el condado de Sumter, donde viven unas 100,000 personas. Durante semanas, las autoridades detuvieron vehículos en caminos rurales y advirtieron a los residentes sobre desconocidos que pidieran ayuda en la carretera.

Los abogados defensores afirmaron que Bryant vivía atormentado por abusos sexuales sufridos en su infancia a manos de cuatro familiares varones. Meses antes de los asesinatos, solicitó ayuda a un agente de libertad condicional y a su tía, quien testificó que el acusado mostraba señales visibles de angustia.

“Parecía que su alma se había abierto de par en par”, dijo Terry Caulder, su tía. “Estaba sufriendo profundamente y reviviendo el trauma.”

En un intento por mitigar el dolor, Bryant recurrió al consumo de metanfetamina y marihuana mezclada con insecticida, según su defensa.

Opciones de ejecución en el estado

Bryant tiene hasta el 31 de octubre para elegir el método de ejecución: inyección letal, fusilamiento o silla eléctrica. Carolina del Sur permite estos tres métodos desde que reanudó las ejecuciones en 2024, tras una pausa de 13 años causada por la falta de fármacos.

Desde entonces, cuatro reclusos han elegido la inyección letal y dos han sido ejecutados por fusilamiento. Bryant será la 50ª persona ejecutada en Carolina del Sur desde que el estado restableció la pena de muerte en 1985, y la séptima desde que se reanudaron las ejecuciones en septiembre de 2024.

En lo que va de 2025, se han realizado 39 ejecuciones en Estados Unidos. Al menos otras cinco están programadas antes de fin de año.

Críticas al método de ejecución

Los métodos de ejecución en Carolina del Sur han sido objeto de demandas. Reclusos y defensores de derechos humanos argumentan que el uso del pelotón de fusilamiento y la inyección letal constituye castigo cruel e inusual, prohibido por la Constitución.

Abogados citan el caso de Mikal Mahdi, ejecutado por fusilamiento, como ejemplo. Las balas no alcanzaron directamente el corazón, lo que, según expertos, prolongó su agonía tres o cuatro veces más de lo esperado.

También se ha criticado el uso de pentobarbital en las inyecciones letales. Los condenados aseguran que el sedante provoca que los pulmones se llenen de líquido, pero los reclusos, paralizados, no pueden mostrar signos de sufrimiento. Sin embargo, testigos han afirmado que los presos pierden el conocimiento en aproximadamente un minuto y no presentan señales de lucha.

El retorno de las ejecuciones fue posible luego de que la legislatura estatal aprobara una ley que protege la identidad de los proveedores de fármacos para la inyección letal, tras años en que las farmacéuticas se negaban a suministrarlos por temor a represalias o pérdida de contratos. El pelotón de fusilamiento fue incorporado como alternativa en 2021 ante la imposibilidad de aplicar otras formas de ejecución.

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