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Estudio sugiere que vacuna contra la culebrilla previene el riesgo de demencia y enfermedades cardíacas

La vacuna Shingrix contra el herpes zóster busca prevenir las complicaciones de esta afección, especialmente en aquellos con mayor riesgo

Estudio sugiere que vacuna contra la culebrilla previene el riesgo de demencia y enfermedades cardíacas

Reacción alérgica del herpes zóster. Crédito: Kmpzzz | Shutterstock

La Universidad Case Western revela en un estudio reciente que la vacunación contra el herpes zóster (culebrilla) está relacionada con una reducción del riesgo de demencia, enfermedades cardíacas y muerte en adultos mayores de 50 años.

La investigación, presentada en IDWeek 2025 en Atlanta, es un análisis de más de 174,000 historiales médicos electrónicos.

Los resultados preliminares sugieren que la vacuna puede prevenir tanto la infección como sus complicaciones.

Reducción significativa de riesgos

Los datos revelan una disminución del 50% en el riesgo de demencia vascular entre los vacunados en comparación con aquellos que recibieron la vacuna antineumocócica.

Además, descubrieron que los adultos que recibieron la vacuna contra la culebrilla presentaron un riesgo un 27% menor de coágulos sanguíneos, un 25% menor de infarto o accidente cerebrovascular y un 21% menor de riesgo de muerte. Estos hallazgos subrayan la importancia de la vacunación para mejorar la calidad de vida en la población de adultos mayores y mejorar la salud pública.

La vacuna Shingrix contra el herpes zóster busca prevenir las complicaciones de esta afección, especialmente en aquellos con mayor riesgo.

Síntomas más comunes del herpes zóster

Los síntomas más comunes del herpes zóster incluyen inicialmente dolor, ardor u hormigueo intenso, sensibilidad al tacto y picazón en una zona limitada de la piel, generalmente en un solo lado del cuerpo. Unos días después de estos síntomas iniciales, aparece un sarpullido rojo con ampollas llenas de líquido que luego se abren y forman costras. También pueden presentarse fiebre, dolor de cabeza, fatiga y malestar general.

En algunos casos, si el zóster afecta nervios faciales, puede causar dificultad para mover músculos de la cara, caída del párpado, problemas de audición o visión.

Estos síntomas afectan la calidad de vida debido al dolor intenso que puede ser continuo o intermitente y a la sensibilidad extrema de la piel afectada, lo que dificulta actividades diarias normales como el roce de la ropa o tocar la zona afectada.

La neuralgia postherpética, un dolor persistente que puede durar meses o años después de la erupción, es una complicación común que también impacta negativamente en la calidad de vida, especialmente en personas mayores.

La erupción suele limitarse a un área estrecha, frecuentemente el torso, pero puede afectar la cara y ojos, siendo estos últimos casos más graves por riesgo de complicaciones visuales.

En la fase aguda, las ampollas son contagiosas, lo que implica cuidados adicionales para evitar la transmisión del virus. El herpes zóster es generalmente autolimitado, resolviéndose en una o dos semanas, pero el dolor y la incomodidad pueden prolongarse.

Efectos secundarios de la vacuna

Los posibles efectos secundarios más comunes de la vacuna Shingrix incluyen dolor, enrojecimiento e hinchazón en el lugar de la inyección, dolor muscular, cansancio, dolor de cabeza, escalofríos, fiebre y malestar estomacal con náuseas. Estos efectos suelen durar de 2 a 3 días y generalmente son de intensidad leve a moderada.

Incluso, pueden presentarse picor en la zona de inyección, malestar general, hinchazón de ganglios, dolor en las articulaciones y en casos raros, reacciones alérgicas graves como dificultad para respirar, hinchazón de rostro o garganta, y urticaria.

En casos raros se ha reportado un aumento en el riesgo del síndrome de Guillain-Barré, y se pueden presentar desmayos después de recibir la vacuna, por lo que se deben tomar precauciones para evitar lesiones.

Para manejar estos efectos secundarios se recomienda el uso de medicamentos de venta sin receta como ibuprofeno o acetaminofén para aliviar el dolor y la fiebre. Es importante no dejar de recibir la segunda dosis aunque se hayan presentado reacciones moderadas tras la primera dosis.

Si aparecen síntomas graves o alergias, debe buscarse atención médica inmediata. Además, se debe informar cualquier efecto adverso a los profesionales sanitarios o a través del sistema de notificación correspondiente.

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