Rolls-Royce celebra 100 años del Phantom con arte y oro
Para celebrar el centenario del icónico Phantom, Rolls-Royce ha creado una edición limitada de solo 25 unidades que combina artesanía, arte y tecnología
El exclusivo Rolls-Royce Phantom Centenary. Crédito: Rolls-Royce. Crédito: Cortesía
En 1925, el primer Rolls-Royce Phantom marcó un antes y un después en la historia del automóvil. Era silencioso, poderoso y diseñado para quienes veían el lujo no como un accesorio, sino como una forma de vida. Cien años después, ese mismo espíritu sigue vivo en la Colección Privada Centenary, una edición conmemorativa del Phantom VIII que celebra un siglo de excelencia.
Lee también: Una colección de 1,300 autos será subastada en EE.UU.
Cada unidad del Phantom Centenary es una obra de arte en movimiento, un homenaje al legado británico de la marca. Rolls-Royce lo define como “una sinfonía de materiales nobles, diseño atemporal y precisión artesanal”. Su producción ha requerido más de 40,000 horas de trabajo manual, realizadas por los artesanos más experimentados de la sede de Goodwood.
Puedes leer: Misión cumplida: Elon Musk lleva Tesla al último continente
Solo 25 ejemplares serán fabricados, y cada uno contará su propia historia, tejida entre madera, cuero, oro y tradición.
Una obra maestra del diseño artesanal
El Phantom Centenary parte del modelo Phantom VIII, pero cada superficie, costura y textura fue rediseñada para rendir tributo a los 100 años del modelo. En el exterior, los colores elegidos —negro y blanco metálico— evocan la elegancia de un esmoquin clásico, un guiño a la época dorada de Hollywood que tanto inspiró a la marca.
El emblema más emblemático de Rolls-Royce, el Spirit of Ecstasy, también recibe un tratamiento especial. Para esta edición, la figura fue fundida en oro macizo de 18 quilates y bañada en oro de 24 quilates, con un acabado brillante que resalta incluso en la penumbra. Su base, decorada con esmalte vítreo blanco vertido a mano, lleva grabado el nombre de la colección.
La insignia “RR”, que aparece en la parrilla, la zaga y los laterales, también fue elaborada en oro de 24 quilates, símbolo de distinción que convierte cada unidad en un objeto de colección.
Lujo a la medida de la historia
El interior del Phantom Centenary es un viaje en el tiempo. Rolls-Royce quiso recuperar la atmósfera de los años fundacionales, cuando los autos eran conducidos por chóferes con interiores divididos: cuero robusto en la parte delantera y textiles suntuosos en la trasera.
La tapicería combina materiales de alta costura, con textiles desarrollados durante 12 meses en colaboración con un prestigioso taller de moda europeo. Este tejido exclusivo fue impreso en alta resolución y posteriormente bordado a mano, logrando una textura tridimensional que se adapta con precisión a las curvaturas de los asientos.
El resultado final está compuesto por 45 paneles individuales, ensamblados con la precisión de un sastre de Savile Row. Es la tapicería más intrincada jamás creada por la marca.

En los asientos delanteros, el cuero exhibe grabados a láser inspirados en dibujos hechos a mano por diseñadores del programa Bespoke. Entre las ilustraciones figuran referencias históricas al “Roger Rabbit”, nombre en clave del relanzamiento de Rolls-Royce en 2003, y una gaviota, símbolo del prototipo Phantom I de 1923.
Arte y tecnología en cada detalle
Uno de los elementos más impresionantes del Centenary es su Galería de Antología, una instalación artística dentro del tablero que combina diseño, escultura y luz. Está compuesta por 50 aletas de aluminio cepillado impresas en 3D, entrelazadas como las páginas de un libro. Cada aleta incluye letras esculpidas que forman frases tomadas de artículos históricos sobre el Phantom.
Estas piezas están iluminadas por LEDs estratégicamente ocultos que hacen que los reflejos cambien según el ángulo de visión, creando un efecto visual dinámico y sofisticado.
El techo reproduce el tradicional Starlight Headliner, una de las señas de identidad de Rolls-Royce. En esta edición, el patrón fue diseñado con 440,000 puntadas que dibujan árboles de copa cuadrada, inspirados en los que adornan el patio central de la sede de Goodwood. Las luces animadas simulan el movimiento de las ramas al viento, ofreciendo un espectáculo visual digno de un observatorio estelar.
El arte de la madera y el oro
El trabajo en madera de esta edición es una demostración de la maestría de los artesanos de la marca. Los paneles de las puertas reflejan mapas de viajes emblemáticos realizados por los creadores del Phantom, combinando marquetería 3D, grabado láser, capas de tinta tridimensional y pan de oro para otorgar profundidad y textura.
Las “carreteras” que atraviesan los paneles están trazadas en oro de 24 quilates, y continúan sobre el cuero de las puertas como hilos dorados bordados a mano. Este detalle conecta el pasado y el presente de la marca en una sola pieza de arte funcional.
Incluso las mesas de picnic fueron reinterpretadas. En ellas se grabaron imágenes del Phantom I de 1925 y del Phantom VIII contemporáneo, y ambos modelos aparecen bordados en los respaldos. Es un recordatorio tangible de cómo la tradición y la modernidad pueden convivir armoniosamente.
Potencia y serenidad: el alma del Phantom
Debajo del capó, el Phantom Centenary conserva el imponente motor V12 de 6,75 litros, capaz de desarrollar 563 caballos de fuerza. Más allá de la potencia, Rolls-Royce ha buscado ofrecer una sensación de movimiento casi silenciosa, donde el motor se percibe solo como un susurro.
La cubierta del motor, pintada en Arctic White y decorada con detalles en oro de 24 quilates, rinde tributo a la potencia y perfección mecánica que ha acompañado al Phantom durante generaciones.

Como es tradición, cada propulsor es ensamblado a mano por un solo ingeniero, cuya firma se encuentra grabada discretamente en una placa dentro del compartimento.
Solo 25 unidades para el mundo
El Rolls-Royce Phantom Centenary será producido en una serie ultralimitada de 25 unidades, todas fabricadas de manera artesanal. Aunque la marca no ha anunciado su precio oficial, se estima que cada ejemplar podría superar $1,000,000 dólares, considerando que el Phantom estándar tiene un valor aproximado de $520,000 dólares.
Cada comprador podrá personalizar aspectos del diseño, desde los tonos interiores hasta los bordados y acabados metálicos, asegurando que ningún Centenary sea idéntico a otro.
Esta edición no solo celebra un siglo de historia; también reafirma la filosofía de la marca: crear el mejor automóvil del mundo, sin compromisos ni atajos.
Seguir leyendo:
Señales claras de amortiguadores dañados: te contamos todo
¿Sale humo del tapón de aceite? Causas y soluciones reales
El nuevo SUV eléctrico de AUDI apunta más alto en el mercado