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Mexicano vivió más de 40 años en EE.UU. y decidió volver a su país por miedo a ser deportado

Fue activista y defensor de os derechos de los marginados durante su estadía en Estados Unidos

El trayecto duró 33 horas y atravesaron más de 10 estados antes de llegar a Puebla, en México.

Decidió empezar una nueva vida en Hermosillo. Crédito: Alejandro Muñoz | Shutterstock

Héctor Alessandro Negrete, un activista mexicano que pasó más de cuatro décadas en Estados Unidos, decidió regresar a su país natal después de vivir casi toda su vida en Los Ángeles. Su decisión estuvo marcada por el miedo constante a la deportación y por el deseo de iniciar una nueva etapa en Guadalajara.

Originario de Manzanillo, Colima, llegó a Los Ángeles con apenas tres meses de edad junto a sus padres, y allí nacieron sus dos hermanos menores. A los 17 años, fue uno de los pocos estudiantes de su generación en ser aceptado en la Universidad de California en Berkeley, donde descubrió que no tenía documentos.

Su padre, tras divorciarse, se casó con una ciudadana estadounidense y logró la residencia legal, lo que le permitió iniciar el proceso para regularizar a su hijo. Sin embargo, cuando Héctor le reveló su orientación sexual, la relación se fracturó y el trámite migratorio quedó interrumpido hasta que ya era demasiado tarde para retomarlo.

Un camino marcado por la adversidad y la resiliencia

En 2008, Negrete fue arrestado por conducir bajo los efectos del alcohol, un hecho que años después le impidió aplicar al programa DACA impulsado por Barack Obama. Aunque logró limpiar su expediente judicial en 2016, el gobierno de Donald Trump cerró las puertas a nuevas solicitudes poco después.

Ante la imposibilidad de legalizar su estatus migratorio, y ya con el regreso de Trump a la presidencia en 2025, decidió emprender su “autorrepatriación”. En sus palabras, no se trató de una autodeportación, sino de un acto consciente de libertad. En Guadalajara, comenzó una vida nueva y tramitó sus documentos mexicanos.

Antes de partir, organizó una venta de garaje y una fiesta de despedida en tono irónico. En su camiseta roja se leía “Soy indocumentado” y en la mesa exhibió objetos que representaban su historia, como orejas de Mickey Mouse y una bolsa de la caricatura noventera Daria.

Dejo atrás las partes de mí que ya no me servirán”, dijo al explicar que esos recuerdos simbolizaban su juventud en Los Ángeles y la transformación personal que acompañaba su regreso a México, un país que sentía suyo, pero que no conocía realmente.

Una vida dedicada a los derechos de los migrantes

Durante más de cinco años, Negrete trabajó en Los Ángeles como activista y defensor de comunidades marginadas. Fue miembro del Consejo Vecinal de Boyle Heights y colaboró con East Yard Communities for Environmental Justice, creando espacios para jóvenes del sureste angelino.

También impulsó la exposición We Never Needed Papers to Thrive, que celebró el talento de artistas indocumentados. Además, participó en el desarrollo del L.A. River Master Plan y proyectos educativos con Fund for an Inclusive California y Alliance for a Better Community.

“Si piensan que me estoy rindiendo, miren más profundo. Estoy eligiendo la libertad”, expresó en su carta de despedida publicada en Substack, donde resumió su decisión como un renacimiento personal.

Hoy, desde Guadalajara, Negrete planea comprar una casa en Rosarito, viajar a España y desarrollar recursos para migrantes que, como él, contemplen regresar a su país. “Esto no es un adiós a Los Ángeles, sino un renacer”, concluyó el activista mexicano.

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