Porsche se rearma en China tras caída del 26% en ventas
Tras una fuerte caída del 26% en sus ventas en China, Porsche refuerza su presencia en su mayor mercado con un centro de investigación y desarrollo en Shanghái
Modelos de Porsche Taycan. Crédito: Porsche. Crédito: Cortesía
China es hoy el mayor escenario de la industria automotriz mundial, un país donde las reglas del juego cambian con rapidez y las marcas extranjeras ya no tienen el dominio de otros tiempos.
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En los últimos años, los fabricantes locales han ganado terreno a fuerza de innovación y precios competitivos. Para Porsche, que durante años disfrutó de una sólida reputación en el país asiático, el panorama se ha vuelto desafiante.
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Entre enero y septiembre de este año, las ventas de la marca alemana en China cayeron un 26% respecto al mismo periodo de 2023, confirmando una tendencia que preocupa en Stuttgart.
El cambio en las preferencias del público chino —cada vez más inclinado hacia modelos nacionales con alta tecnología y diseño atractivo— ha dejado a las marcas europeas en una posición incómoda.
Una apuesta estratégica: 10,000 m² dedicados a la innovación
Con el propósito de revertir esta situación, Porsche acaba de inaugurar un nuevo centro de investigación y desarrollo en los alrededores de Shanghái. Este espacio de 10,000 metros cuadrados está diseñado para acelerar el desarrollo de productos adaptados al mercado local, una medida que busca devolver competitividad a la compañía.
La apertura del centro no fue un evento menor. A la ceremonia asistió el propio CEO del Grupo Volkswagen, Oliver Blume, quien destacó la relevancia de la decisión: “China se ha convertido en un centro neurálgico para la electrificación y la innovación digital”. Según el directivo, el ritmo de cambio en el mercado chino “ha superado la capacidad de los modelos de desarrollo tradicionales”, razón por la cual Porsche busca transferir mayor autonomía a sus equipos locales.
En este nuevo espacio, los ingenieros se concentrarán en el desarrollo de sistemas integrados de infoentretenimiento, software y asistencia al conductor, especialmente adaptados a las necesidades y gustos del consumidor chino.
El reto eléctrico de Porsche
La estrategia de Porsche ha estado marcada en los últimos años por una apuesta decidida por la electrificación. Sin embargo, el mercado no ha respondido como se esperaba. Modelos como el Taycan, su primer vehículo 100% eléctrico, comenzaron con fuerza pero han perdido impulso, con ventas muy por debajo de las proyecciones iniciales.
A esto se suma el retraso en el lanzamiento de la serie 718 eléctrica, que debía haberse presentado ya y ahora ha sido pospuesta. Estas demoras reflejan las dificultades de Porsche para mantener el equilibrio entre innovación, rentabilidad y aceptación del público.

Mientras tanto, los Porsche Macan y Cayenne, pilares de las ventas globales de la marca, también están viviendo un proceso de transición hacia la electrificación. El Macan eléctrico ya está disponible y ha tenido buena acogida, aunque la compañía mantiene planes para producir versiones con motor térmico.
En el caso del Cayenne, la próxima generación será totalmente eléctrica, una decisión que genera tanto expectativas como temores dentro de la comunidad de seguidores de la marca.
China, un laboratorio para el futuro
El nuevo centro en Shanghái simboliza mucho más que una expansión física. Representa el reconocimiento de que el futuro de la industria automotriz pasa por China, tanto en volumen de ventas como en desarrollo tecnológico.
Con más de 34 millones de vehículos vendidos en 2024, el país asiático no solo lidera en cifras, sino también en tendencias.
Para Porsche, volver a conquistar este mercado será esencial para su estabilidad global. Las inversiones en innovación local, el fortalecimiento de la cadena de suministro y la adaptación de sus modelos a los hábitos digitales y de movilidad del consumidor chino serán los pilares de su estrategia en los próximos años.
La competencia en China es feroz, y los fabricantes nacionales avanzan a un ritmo que desafía incluso a gigantes como Porsche. Sin embargo, la marca alemana confía en que su herencia deportiva, combinada con una visión más cercana al usuario local, le permitirá recuperar protagonismo.
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