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De exitosa emprendedora a depender de los cupones de alimentos

Ana Flores recibió durante seis meses este año, los beneficios del programa Snap/CalFresh

Ana Flores cuenta su experiencia al recibir los cupones de alimentos.

Ana Flores cuenta su experiencia al recibir los cupones de alimentos. Crédito: Ana Flores | Cortesía

Después de fundar y dirigir una exitoso emprendimiento enfocada en el crecimiento empresarial de las latinas durante más de una década, debido a una crisis financiera, Ana Flores se vio obligada a vender su compañía #WeAllGrow Latina, y a hacer lo que nunca imaginó, solicitar y depender de la asistencia alimentaria del gobierno.

Quiero desmantelar esta narrativa de que quienes necesitan los beneficios de CalFresh es gente que quiere vivir de los servicios sociales, o que no quiere trabajar o es floja”, dice Ana.

“Esto le puede pasar a cualquier persona que lo pierde todo, un empleo, un negocio, una pareja, un accidente. Hay muchas razones para solicitar beneficios sociales como la asistencia alimentaria y se supone que estos apoyos son temporales para ayudar durante un periodo de transición en lo que nos recuperamos”, dice.

En el país, hay 41 millones de estadounidenses, uno de cada ocho, que dependen de los cupones de alimentos Snap (Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria) para sobrevivir, pero debido al cierre del gobierno federal que comenzó el 1 de octubre, el financiamiento ha estado en suspenso en las últimas semanas.

CalFresh
Los beneficios CalFresh hacen una diferencia en la vida de las familias.
Crédito: Shutterstock | Shutterstock

El impacto de la suspensión del SNAP ha variado entre los estados. En algunos casos como California y Massachusetts, los gobiernos han utilizado sus propios fondos para seguir financiando el programa en su totalidad.

En California, aproximadamente 5.5 millones de californianos, el 13.9% de la población dependen de los cupones de alimentos Snap que en el estado se conocen como Calfresh.

California fue uno de los más de 22 estados que presentaron una demanda contra la administración Trump por la negativa que consideraron ilegal de financiar los beneficios de SNAP/CalFresh” debido al cierre del gobierno.

El juez Jack McConnell del Tribunal de Distrito de Rhode Island ordenó el jueves pasado al gobierno federal pagar la totalidad de los beneficios del programa de cupones de alimentos SNAP, y rechazó su plan de abonar solo el 65% de dicha ayuda. 

Originalmente, el gobierno tenía previsto no pagar ningún beneficio durante noviembre, a pesar de contar con $4,600 millones disponibles para tal fin provenientes de un fondo de contingencia.

Ana Flores (Cortesía Ana Flores)
Crédito: Ana Flores | Cortesía

Ana, hija de inmigrantes, nacida en Houston, criada en El Salvador, quien se mudó de Los Ángeles a Idyllwild, una comunidad no incorporada en las montañas de San Jacinto en el condado de Riverside con su hija, cerró su empresa este año, tras 14 años de trabajo.

“La construí yo sola, pero luego tuve socias. Después de 2020, quedé endeudada, y la cancelación de dos conferencias, una por la pandemia y otra por la huelga de los trabajadores de los hoteles en 2023, nos llevó a una crisis financiera”, dice.

La gota que derramó el vaso ocurrió en enero cuando entró Trump a la presidencia, y comenzó a emitir órdenes ejecutivas. 

La orden dirigida a los programas de diversidad, equidad e inclusión en los sectores público y privado (DEI) impactó a la compañía #WeAllGrow Latina creada por Ana.

“Todo con lo que trabajamos era presupuesto DEI.  Ya veníamos de una situación financiera complicada, pero cuando emiten esta orden ejecutiva, perdimos a nuestros clientes y entramos en pánico”.

Una de sus clientas, les informó que iban a cortar el presupuesto a la mitad, y les pidió volver a presentar otra propuesta que no incluyera mujeres latinas.

“Fue cuando dijimos: ¿cerramos la compañía o entramos a bancarrota? Conseguimos venderla”. 

Ana dice que en el momento que vendió su empresa se quedó sin sueldo.

“No se habla de las emprendedoras y las historias de las personas que arriesgan todo para nutrir y mantener negocios. Para sacar préstamos, pones tus propios bienes en prenda”.

Ana Flores, una exitosa empresaria que se ve obligada a pedir cupones de alimentos.
Crédito: Ana Flores | Cortesía

Con el dinero de la venta, pagaron los préstamos que les había dado la agencia de gobierno Small Business Administration en la pandemia de covid-19.

“Así que tuve que comenzar de cero, viviendo de los pocos ahorros que me quedaron que no eran nada porque ya llevaba un año de sacrificio financiero antes de la venta”.

Ante este panorama, Ana dice que se vio obligada a solicitar servicios sociales como el desempleo, los cupones de alimentos Snap y el seguro médico Medical.

“Durante seis meses, mi hija y yo recibimos $540 en cupones Snap cada mes”.

A fin de reducir los gastos dejaron Los Ángeles y se fueron a vivir a la montaña.

“Nos mudamos a IDyllwild, una comunidad no incorporada en las montañas de San Jacinto en el condado de Riverside. Eso nos ayudó a tener muchos menos gastos”.

Comparte que recibir el desempleo, los cupones de alimentos y MediCal ha sido una red de apoyo que la sostuvo a ella y a su hija por unos meses mientras manejaba el cierre de su compañía

“Lo que a mi me importa, es desmantelar y decir en la cara de las personas que en algún momento van a necesitar esta red de apoyo, puedes ser tú, tu hermana, tu pareja, tu amiga”.

Recalca que solicitar y depender de la asistencia pública como los cupones de alimentos le puede pasar a cualquier persona que pierde todo.

“Y muchos dicen que busque trabajo pero no es tan fácil para algunos, o no es tan fácil conseguir alguien que cuide a los hijos, hay muchas consideraciones”.

Sostiene que ella tenía claro que necesitaba esa ayuda de manera temporal durante un periodo de transición.

“Sabía que en el momento que yo pudiera generar mi siguiente emprendimiento, ya no iba a necesitar más ese apoyo porque yo aporto más como emprendedora que como empleada, y puedo hacer más dinero emprendiendo que en un empleo”.

Explica que para recibir los apoyos sociales, cada seis meses tienen que reportar sus ingresos, y como en junio, estos mejoraron un poco, le redujeron el monto de la cantidad que recibe por los cupones de alimentos a $24.

“Ya me estoy recuperando, y siempre miré esta asistencia como una oportunidad para recuperarme; y cada persona tiene su historia”.

Pero deja en claro que vivimos momentos de empatía y de entender cuáles son las necesidades que cada quien tiene. 

“Una cosa debe quedar clara: nosotros pagamos a este sistema con nuestros impuestos. Pagamos impuestos a las ventas con lo que consumimos, con lo que gastamos”.

Insiste que en algún momento de la vida, vamos a necesitar ayuda de la red social.

“Benditos los que no, pero si en algún momento necesitamos ese apoyo, recordemos que es dinero que hemos aportado, y nadie nos está regalando nada. No le estamos sacando leche al gobierno que no nos hayamos merecido”.

Ana recalca que el desempleo, el MediCal y los cupones de alimentos son beneficios que hemos logrado a través del trabajo, la creatividad y el emprendimiento, y están ahí para acceder a ellos cuando los necesitemos.

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