Donald Trump presiona y Nissan y Honda exploran alianza
Según el CEO de Nissan, la marca evalúa una asociación estratégica con Honda para enfrentar el impacto de los aranceles impulsados por el presidente
El Nissan Dongfeng Sylphy (Sentra) 2026. Crédito: Nissan Dongfeng/MIIT. Crédito: Cortesía
Lo que no ocurrió durante una crisis corporativa podría suceder ahora por presión política. La industria automotriz japonesa vuelve a ser sacudida por los cambios en el panorama comercial de Estados Unidos, donde la aplicación de nuevos aranceles a los vehículos fabricados fuera del país ha obligado a los fabricantes a replantear estrategias de producción y alianzas.
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En este contexto, Nissan y Honda —dos gigantes que históricamente han competido más que colaborado— están reactivando conversaciones que hace solo unos años parecían definitivamente archivadas.
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La razón de este giro no proviene de problemas internos, sino de un factor externo: las políticas del presidente estadounidense Donald Trump, que ya han tenido efectos drásticos en diversas industrias.
La declaración del CEO de Nissan reaviva la discusión
Las revelaciones hechas por Iván Espinosa, CEO de Nissan, han devuelto a la agenda un tema que ya existió durante la crisis que la marca atravesó a finales de 2024.
En aquel momento, en medio de una urgencia financiera que llevó incluso a buscar una desinversión valorada en 547,000,000 euros, Nissan exploró la posibilidad de asociarse con Honda, aunque finalmente la idea no prosperó.
Ahora, con un escenario completamente distinto, Espinosa reconoce que las conversaciones se han retomado. Durante una entrevista con Nikkei Asia, el ejecutivo explicó que ambos fabricantes evalúan unir esfuerzos para adaptarse a los nuevos aranceles y reorganizar su presencia en el mercado estadounidense, que es clave para ambos.
El directivo fue claro al plantear los límites de esta potencial relación. “No sería una integración ni supondría tampoco alianzas de capital”, aclaró Espinosa, quien subrayó que se trataría de una colaboración específica y enfocada en enfrentar obstáculos compartidos.
La idea, según el CEO, es analizar cómo pueden responder a “la situación actual del mercado”, marcada por aranceles que elevan los costos y reducen la competitividad de los vehículos japoneses fabricados fuera de Estados Unidos.

El peso del mercado estadounidense para ambas marcas
Estados Unidos es el territorio donde Honda y Nissan registran gran parte de sus ventas globales, y allí es donde los nuevos aranceles pueden tener el impacto más fuerte. Según expertos del sector, los fabricantes japoneses corren el riesgo de perder rentabilidad si no reducen su dependencia de las importaciones o si no reorganizan sus operaciones de fabricación dentro del país.
Por eso la posible asociación entre ambas firmas no responde tanto a afinidades estratégicas como a una necesidad económica. Las políticas arancelarias impulsadas por Trump han obligado a repensar decisiones en toda la industria automotriz, y las marcas japonesas no son la excepción.
Además, Honda se prepara para impulsar la producción de vehículos híbridos y eléctricos, mientras que Nissan evalúa recortes y ajustes de hasta 1,600 puestos, lo que evidencia un entorno de reestructuración interna que podría beneficiarse de una cooperación puntual.
Una colaboración pragmática para enfrentar los aranceles
Durante su conversación con Nikkei Asia, Espinosa dio una pista clave sobre el tipo de colaboración que están evaluando ambas marcas. “Estamos hablando de cómo podemos colaborar en Estados Unidos, incluida la complementación mutua de nuestros productos”, explicó el directivo.
Según fuentes citadas por el mismo medio, una de las ideas sobre la mesa es que Nissan fabrique pick-ups para Honda en plantas estadounidenses donde actualmente la producción no alcanza su capacidad máxima. Esta sinergia permitiría reducir importaciones y, por tanto, evitar los aranceles que afectan a los vehículos producidos en el extranjero.

Nikkei Asia también señala que Nissan sufre actualmente en Estados Unidos por “la falta de vehículos híbridos”, un apartado “en la que Honda es fuerte”. Este desequilibrio entre ambas empresas podría convertirse en una oportunidad para complementarse: Honda aportaría su experiencia en híbridos y Nissan ofrecería capacidad productiva.
¿Una alianza temporal o un primer paso hacia algo mayor?
Aunque las declaraciones del CEO de Nissan insisten en que no habrá integración ni intercambio de capital, los expertos creen que un acuerdo de este tipo podría abrir la puerta a colaboraciones futuras más ambiciosas.
En un sector que avanza hacia la electrificación total y donde el costo de desarrollo crece cada año, las alianzas se han vuelto la norma más que la excepción.
Sin embargo, por ahora el objetivo es inmediato: adaptarse al nuevo escenario comercial que ha configurado el presidente Donald Trump. Si la presión arancelaria continúa, tanto Nissan como Honda podrían ver en esta asociación una solución táctica.
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