Estadounidenses se están inyectando sustancias no reguladas para ganar masa muscular y “rejuvenecer”
Los usuarios se exponen a potenciales riesgos de alergias y efectos secundarios adversos
Atleta hace uso de medicamentos para suplementar entrenamiento. Referencial. Crédito: PeopleImages | Shutterstock
La creciente popularidad de los medicamentos peptídicos entre celebridades e influencers es evidente. Estos productos son promocionados como soluciones para el desarrollo muscular, la pérdida de peso y la mejora de la apariencia.
Hasta entrenadores de fitness se han plegado a la moda de estos medicamentos, la mayoría no certificados por organismos de salud autorizados.
Las clínicas y tiendas en línea ofrecen estos viales a precios elevados, aunque su uso plantea serias preocupaciones sobre la salud.
La ciencia detrás de los péptidos
Los péptidos son cadenas cortas de aminoácidos que cumplen funciones fundamentales en el organismo. Algunos, como la insulina, son aprobados y seguros, mientras que muchos otros carecen de evidencia científica suficiente que respalde su uso seguro en humanos.
La falta de estudios adecuados expone a los usuarios a potenciales riesgos de alergias y efectos secundarios adversos.
¿Por qué se han popularizado tanto?
Aunque los péptidos sintetizados no son nuevos, pues médicos los han recetado eventualmente durante décadas en pacientes con úlceras gástricas, trastornos del sistema nervioso y otras afecciones, ahora han ganado un impulso.
Esto gracias a promotores no profesionales que en redes sociales y plataformas web han publicitado a los péptidos a más no poder como panacea del bienestar.
“Estos influencers suelen recomendar tomar varios suplementos de péptidos al mes, por lo que podrían ser dos, tres o cuatro péptidos diferentes”, declaró a Associated Press (AP) el Dr. Eric Topol, del Instituto de Investigación Traslacional Scripps. “Esto es realmente peligroso”, enfatiza.
Regulación de los péptidos por la FDA
La mayoría de los péptidos comercializados como suplementos no cuentan con la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), lo que significa que su venta es considerada ilegal.
La FDA clasifica muchos de ellos como biológicos, que requieren regulaciones más estrictas.
Además, las farmacias de compuestos, que producen versiones personalizadas de estos péptidos, operan bajo menos vigilancia que las empresas farmacéuticas.
Mientras, el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., ha respaldado abiertamente los beneficios de los péptidos, alineándose con el movimiento “Make America Healthy Again”. Esta conexión ha aumentado el interés en los péptidos, contradiciendo las restricciones actuales establecidas por la FDA y generando expectativas sobre futuros cambios en la regulación.
Efectos secundarios más comunes
Los efectos secundarios más comunes asociados con el uso de péptidos no regulados incluyen tanto manifestaciones físicas como psicológicas.
Entre los efectos físicos frecuentes se encuentran reacciones en el sitio de inyección como dolor, enrojecimiento e hinchazón; retención de líquidos y edema; dolores articulares o musculares atípicos; alteraciones en el apetito y el metabolismo; y cambios en los niveles hormonales endógenos, como la disminución de la producción natural de la hormona del crecimiento.
En el plano psicológico, se pueden presentar alteraciones del estado de ánimo, tales como irritabilidad y ansiedad, así como fatiga o insomnio cuando los protocolos de uso son incorrectos. También existe la posibilidad de dependencia psicológica.
Otros posibles riesgos incluyen reacciones alérgicas que pueden variar desde erupciones cutáneas leves hasta respuestas graves, problemas metabólicos, desequilibrios hormonales, malestares gastrointestinales (náuseas, diarrea, dolor abdominal), y riesgos derivados de la falta de control de calidad como productos contaminados o adulterados.
Además, el impacto a largo plazo del uso crónico de péptidos no regulados no se conoce completamente, y pueden existir interacciones negativas con otros medicamentos. Por estas razones, se recomienda el empleo bajo supervisión profesional para mitigar estos riesgos.
Comparación con otros suplementos
Los péptidos, en comparación con otros suplementos dietéticos, suelen considerarse seguros y efectivos, aunque con ciertas diferencias y matices.
Los suplementos dietéticos en general son percibidos como seguros, con efectos adversos leves o transitorios reportados en un bajo porcentaje de usuarios, tales como molestias gastrointestinales. Sin embargo, algunos productos específicos, como las hormonas peptídicas que se venden como suplementos, no siempre son seguros ni legales, lo que limita la seguridad general de ciertos péptidos en el mercado. En cuanto a los péptidos de colágeno, se han reportado efectos secundarios menores, como náuseas o flatulencias, en algunas personas, pero en general se consideran bien tolerados.
La eficacia de los suplementos dietéticos varía ampliamente. En muchos casos, los beneficios percibidos por los usuarios pueden ser leves y temporales. Los péptidos, particularmente los de colágeno, han demostrado beneficios al añadirse a la dieta para mejorar ciertos aspectos de la salud, pero no reemplazan una alimentación equilibrada ni un tratamiento médico. Además, la absorción y utilización de nutrientes de los alimentos enteros suele ser mejor que la de suplementos aislados. Los suplementos con vitaminas y minerales tienen usos preventivos y curativos demostrados especialmente en poblaciones vulnerables como niños o embarazadas, pero no sustituyen una dieta adecuada.
A considerar para iniciar un tratamiento con péptidos
Antes de iniciar un tratamiento con péptidos, las personas deben considerar varios aspectos importantes para garantizar seguridad y eficacia:
- Consulta con un profesional médico cualificado. Es fundamental que un médico o especialista con experiencia en terapias con péptidos evalúe la necesidad y adecuación del tratamiento para el caso específico. Se debe personalizar el protocolo según el historial médico, objetivos y síntomas del paciente.
- Realizar análisis de sangre basal. Se recomienda hacer un análisis de sangre antes del tratamiento para evaluar niveles hormonales, función hepática y renal, y otros marcadores de salud clave. Esto ayuda a diseñar un protocolo seguro y adaptado.
- Evaluar condiciones de salud personales. Personas embarazadas, en lactancia o con afecciones médicas deben tener precauciones especiales o evitar la terapia con péptidos. El historial médico completo debe ser revisado.
- Confirmar la calidad y origen de los péptidos. Solo deben usarse péptidos de grado farmacéutico, elaborados y suministrados bajo supervisión médica. Productos etiquetados solo para investigación no son seguros para terapia.
- Conocer los posibles efectos secundarios. Aunque generalmente seguros, pueden presentarse molestias en el sitio de inyección, reacciones alérgicas o efectos digestivos dependiendo del método (oral o inyectable).
- Mantener comunicación continua con el profesional de salud para ajustes durante el tratamiento y seguimiento de resultados.
Estas precauciones son cruciales para aplicar la terapia de manera segura y efectiva, optimizando beneficios y minimizando riesgos.
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