Gobierno de Trump deja sin ayuda a miles de inmigrantes
La Casa Blanca pidió reevaluar casos de afganos admitidos durante la administración del expresidente Joe Biden
Inmigrantes detenidos en Estados Unidos Crédito: Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos | AP
El gobierno de Estados Unidos anunció que acelerará la revisión del estatus migratorio de todas las personas que ingresaron al país en los últimos cuatro años, una medida que marca un nuevo giro en la política migratoria de Estados Unidos. Así lo confirmó el miércoles Stephen Miller, asesor principal del presidente Donald Trump, al detallar la magnitud del proceso.
Miller declaró que la cifra de personas sujetas a revisión podría alcanzar los 20 millones, aunque cifras como las de Pew Research Center estiman 14 millones de inmigrantes indocumentados en 2023. El funcionario afirmó que se trata de la mayor revisión migratoria en décadas, con efectos directos sobre múltiples comunidades.
El anuncio surgió poco después de que Trump pidiera reevaluar los casos de afganos admitidos durante la administración Biden, tras un tiroteo en Washington, D.C., donde resultaron heridos dos miembros de la Guardia Nacional. El sospechoso, un ciudadano afgano, reavivó el debate sobre seguridad y migración en Estados Unidos.
La Casa Blanca indicó que usará la nacionalidad del presunto atacante para justificar nuevas acciones migratorias. En cuestión de horas, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración suspendió todas las solicitudes de ciudadanos afganos, una decisión que intensificó la tensión en torno a las políticas de inmigración del gobierno de Trump.

Aumento del control migratorio en Estados Unidos
Los comentarios de Miller ampliaron el alcance de las medidas al incluir a personas de diversos orígenes y programas de protección. Organizaciones migrantes expresaron preocupación por el impacto de estas nuevas revisiones migratorias, especialmente entre quienes ya enfrentan dificultades para mantener su estatus legal en el país.
Miller argumentó que la inmigración durante la administración Biden representó “la peor amenaza a la seguridad nacional”, mencionando a ciudadanos de Afganistán, Somalia, Libia e Irak. Afirmó que quienes no aporten beneficios al país podrían ser expulsados, reforzando la política de deportaciones aceleradas que impulsa el gobierno.
Trump, en un mensaje difundido por video, sostuvo que se deben tomar “todas las medidas necesarias” para expulsar a extranjeros que no contribuyan al país. Aseguró que quienes “no puedan amar” a Estados Unidos no deberían permanecer, una postura que alimentó nuevamente el debate sobre las medidas antiinmigración en Estados Unidos.
El sospechoso del ataque, Rahmanullah Lakanwal, fue herido y detenido. Los dos miembros de la Guardia Nacional permanecían en condición crítica. Según el Departamento de Seguridad Nacional, Lakanwal ingresó en 2021 bajo la Operación Aliados Bienvenida, que permitió la entrada de 76.000 afganos tras la retirada militar estadounidense.

De acuerdo con NBC News, Lakanwal sirvió durante diez años junto a fuerzas estadounidenses en Afganistán y recibió asilo a inicios de este año bajo la administración Trump. Su caso ha generado respuestas encontradas entre funcionarios y legisladores, profundizando la discusión sobre el futuro de los refugiados afganos en Estados Unidos.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, vinculó el caso al programa de admisiones de 2021, mientras el senador Chuck Schumer lamentó el ataque sin relacionarlo con fallos migratorios. Por su parte, organizaciones como AfghanEvac pidieron evitar generalizaciones y recordaron que los afganos pasan por uno de los controles de seguridad más estrictos del país.
Las investigaciones continúan mientras tropas de la Guardia Nacional permanecen desplegadas en Washington, incluso tras un fallo judicial que cuestionó la legalidad del operativo. La apelación del gobierno mantiene activo un despliegue que refleja el clima creciente de seguridad y control migratorio que domina la agenda federal.