Consumo de sustancias entre adolescentes: perspectivas de un estudio nacional
Sugieren que el uso incrementado de tecnología y redes sociales ha reducido las actividades en persona, que han influenciado en la disminución del consumo
El modelo de vida digital ha cambiado el paradigma de generaciones. Crédito: VH-studio | Shutterstock
Los últimos resultados de una encuesta nacional en Estados Unidos revelan que el consumo de alcohol y nicotina entre adolescentes ha caído a mínimos históricos. Dos tercios de los estudiantes de 12.º grado informan no haber consumido ninguna de estas sustancias en el último mes, una mejora significativa en comparación con cifras de hace treinta años.
Las cifras indican que los adolescentes beben, fuman y consumen sustancias a tasas mucho menores que en el pasado.
Sin embargo, midiendo el uso de drogas más peligrosas, la encuesta señala un ligero, pero preocupante, aumento en el consumo de heroína y cocaína entre adolescentes. La utilización de heroína por parte de estudiantes de 12.º grado se incrementó al 0.9%, en comparación con el 0.2% del año anterior.
Popularidad de bebidas energéticas
A pesar de la disminución en el uso de sustancias más tradicionales, el consumo de bebidas energéticas se mantiene alto. Un 23% de los estudiantes de 12.º grado reporta consumo diario, lo que resalta una tendencia que continúa vigente entre los jóvenes.
En menor grado, el 20% de los estudiantes de 10.º grado y el 18% de los de 8.º grado también las consumen a diario.
La encuesta “Monitoreando el Futuro”, financiada con fondos federales y realizada por la Universidad de Michigan, se lleva a cabo con una periodicidad anual desde 1975 y se considera desde hace tiempo una fuente clave de datos nacionales sobre el abuso de sustancias en adolescentes.
Los resultados de este año se basan en las respuestas de unos 24,000 estudiantes de 8.º, 10.º y 12.º grado de escuelas de todo el país. El estudio se llevó a cabo entre febrero y junio de este año.
Factores que influyen en el comportamiento adolescente
Expertos sugieren que el uso incrementado de tecnología y redes sociales ha reducido las actividades en persona, lo que podría estar influyendo en la disminución del consumo de sustancias.
“Las conexiones en línea no crean las mismas oportunidades para experimentar con sexo, alcohol o marihuana que el tiempo cara a cara sin supervisión”, dijo Laura Lindberg, profesora de la Universidad de Rutgers que investiga el comportamiento sexual adolescente, recoge Associated Press (AP).
La constante comunicación digital limita las oportunidades de experimentar con el alcohol y las drogas de manera presencial.
Douglas Smith, investigador de la Universidad de Illinois, señaló a AP que las generaciones anteriores parecían más propensas a “ir al bosque y beber, o ir a una fiesta donde no había padres” para socializar.
“Ahora los adolescentes pueden estar en comunicación constante con sus amigos y pueden vivir una vida con sus amigos en el espacio virtual, sin consumir sustancias”, agregó.
Papel de los padres y tutores
Los padres y tutores juegan un rol fundamental como modelos a seguir y principales educadores en la prevención del consumo de sustancias en adolescentes, influyendo en sus valores, decisiones y hábitos diarios. Su involucramiento activo reduce significativamente los riesgos al fomentar entornos protectores y comunicación efectiva. Estudios y expertos destacan que una supervisión óptima y normas claras son clave para este proceso.
Comunicación abierta. La comunicación clara y sin juicios permite a los adolescentes expresar presiones sociales y recibir información realista sobre drogas, evitando exageraciones que generen desconfianza. Padres que dialogan desde la infancia construyen confianza y normalizan elecciones saludables. Monitorear redes sociales y actividades fortalece este vínculo preventivo.
Normas y supervisión. Establecer límites claros, como horarios y prohibiciones explícitas sobre sustancias, junto con consecuencias consistentes, proporciona estructura y seguridad. La supervisión activa de actividades extracurriculares y amistades reduce oportunidades de riesgo. Familias con disciplina equilibrada (ni laxa ni excesivamente estricta) muestran menor consumo a largo plazo.
Modelado de conductas. Los padres deben ejemplificar hábitos saludables, como ejercicio y cuidado personal, evitando el consumo excesivo frente a los hijos, ya que los adolescentes imitan lo observado. Fomentar actitudes críticas y responsabilidad personal refuerza la resiliencia. Un clima familiar afectuoso con actividades compartidas potencia esta influencia positiva.
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