Trump reclasifica a la marihuana para impulsar la investigación médica
Se trata de reconocer que el cannabis puede tener aplicaciones médicas legítimas cuando se administra con cuidado, señaló el mandatario
El presidente Donald Trump exhibe una orden ejecutiva que reclasifica la marihuana como una droga menos peligrosa en la Oficina Oval de la Casa Blanca. Crédito: Evan Vucci | AP
El presidente de EE.UU., Donald Trump, rebajó la clasificación del cannabis para introducirlo en una categoría de drogas menos restrictiva de cara a facilitar investigaciones con esta sustancia, la cual, aclaró el mandatario, seguirá siendo ilegal a nivel Federal en lo que se refiere a su uso recreativo.
“Quiero recalcar que esta orden no legaliza la marihuana de ninguna manera, ni en ningún sentido”, subrayó Trump durante el acto en la Oficina Oval. “Esto es sentido común. Se trata de reconocer que puede tener aplicaciones médicas legítimas cuando se administra con cuidado”, añadió el mandatario, rodeado de médicos oncólogos, pacientes con cáncer y representantes del sector farmacéutico.
La medida, considerada histórica por defensores de la reforma, saca a la marihuana de la Lista I —la categoría más restrictiva, donde figura la heroína— y la coloca en la Lista III, junto a sustancias como la ketamina.
Un giro con impacto médico y fiscal
La orden ejecutiva también abre la puerta a beneficios fiscales largamente reclamados por la industria. Al dejar de ser una sustancia de la Lista I, las empresas de marihuana legales en los estados podrán acceder por primera vez a deducciones federales por gastos comerciales, lo que podría traducirse en menores precios o mayor inversión, según análisis financieros.
Trump enfatizó el potencial terapéutico del cannabis como alternativa a los opioides, altamente adictivos. Mencionó su uso para aliviar dolor crónico, náuseas, ansiedad y efectos secundarios de tratamientos contra el cáncer. “Puede ayudar a que personas que sufren intensamente se sientan mucho mejor”, afirmó, aunque advirtió que el abuso recreativo “puede arruinar vidas”.
En paralelo, el presidente anunció un programa piloto para que adultos mayores inscritos en Medicare reciban un beneficio anual de hasta 500 dólares para adquirir productos con CBD, un compuesto no psicoactivo del cannabis ampliamente utilizado para tratar epilepsia y otros padecimientos.
Reacciones y límites de la reforma
Defensores de la reforma celebraron el paso, pero advirtieron que queda camino por recorrer. Morgan Fox, director político de la Organización Nacional para la Reforma de las Leyes de la Marihuana (NORML), calificó la medida como “el movimiento más grande en política federal sobre cannabis en décadas”, aunque señaló que no resuelve temas clave como la protección bancaria para empresas del sector ni cambios profundos en justicia penal.
Actualmente, el uso recreativo es legal en 24 estados y Washington DC, mientras que otros 16 permiten el uso médico. Trump ha tolerado este mosaico legal durante sus mandatos y, aunque el año pasado respaldó una iniciativa de legalización en Florida, dejó claro que no contempla una despenalización total a corto plazo.
Con esta decisión, Trump cumple una promesa de campaña y marca un punto de inflexión en la política federal sobre el cannabis, apostando por la investigación y el acceso médico, sin romper del todo con la prohibición vigente.
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